El día más esperado llegó. Este domingo 6 de febrero, la ecuatoriana Sarah Escobar hizo historia al ser la primera ecuatoriana en participar en unos Juegos Olímpicos de Invierno absolutos.

La deportista tricolor mostró su destreza sobre la nieve artificial de Pekín en la primera manga del eslalon gigante, prueba de la que formó parte la atleta de 20 años.

Escobar cumplió su rutina en la manga inicial sin caer con un tiempo de 1 minuto, 21 segundos y 26 centésimas. En su segunda intervención tuvo inconvenientes y no pudo completar su recorrido. 

La sueca Sara Hector se llevó la medalla de oro al hacer el recorrido en menor tiempo sumadas las dos mangas. Federica Brignone, de Italia, y la suiza Lara Gut Behrami completaron el podio.

Atrás, pero no por eso menos emotivo, quedó el antecedente de la participación de Escobar en la cita de la juventud en Lausana, en 2020, no obstante, esto es un paso más grande.

La deportista tricolor, que el pasado viernes portó con orgullo la bandera nacional en la inauguración de la gesta, saltó con su equipación en el turno 78 en la primera manga. 

Guantes, bastones, esquís, mallas, casco, visor, botas y traje, todo en una perfecta conjunción que le permitió a la ecuatoriana no solamente demostrar su destreza sobre la nieve artificial de Pekín, sino que hacerlo con seguridad.

Los elementos de su uniforme tienen, entre otros fines, protegerla de golpes y cortes, principalmente.

La deportista, junto a sus entrenadores Nicholas Stagers y Fabián Escobar, se ejercitó desde el pasado miércoles en el Centro Nacional de Esquí Alpino, bajo los cuidados del doctor Pablo Sarmiento, en procura de la eliminación del ácido láctico, para ayudarla en la regeneración y recuperación después de la exigencia.

“Estar aquí con todos los atletas es un sueño que he tenido desde que era chiquita. Cada día aprendo algo nuevo, me estoy preparando para competir. Todos los días estoy entrenando”, le mencionó Escobar hace unos días al presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, a través de una videollamada.

Sarah, con optimismo y el apoyo de los ecuatorianos, se alistó así para formar parte de la prueba técnica más rápida del esquí alpino.

El evento consta de dos mangas. Al terminar se suman los tiempos de ambas carreras y el atleta con el menor tiempo acumulado es el que obtiene el primer lugar.