El sonido de los disparos eleva la adrenalina de los competidores al máximo, y junto a las miradas en las pistolas y las pistas hace que cada uno mantengan una concentración total.

Es el ambiente en el Club Guayas de Tiro y Aviación al norte de Guayaquil, a donde asistieron deportistas de todo el país en el Gran Nacional de Tiro Práctico, un evento para cerrar las fiesta de octubre.

El caminar del gigante Ron Brown se distingue del resto y su mirada va observando todas las pistas. Él es de Jamaica, pero por el tiro práctico pasa más tiempo en Estados Unidos.

Este deporte le ha dado a Ecuador varios triunfos a nivel internacional, algo de lo que el jamaiquino tiene pleno conocimiento.

Tener buena puntería es lo primero. Y en este rubro Brown destaca a Ecuador como uno de los países con mucho talento para el futuro, debido a que los que sembraron este deporte en el país, también fueron ejemplo para los jóvenes.

Uno de los tricolores con más experiencia es Plinio León, quien reside en Miami y llegó para la competencia.

“El grado de adrenalina es grande. Todos somos amigos, pero a la hora de competir es una guerra entre los nervios y el arma. Uno tiene que estar bien enfocado, esto es de concentración al máximo”, expresa León, mientras el sonido de las balas se toma todas las pistas.

Los jueces no perdonan nada a la hora de los resultados. Los tiempos son al final el gran árbitro.

Roberto Gilbert Febres-Cordero, organizador y deportista, explica que los torneos de esta clase hacen que el tiro práctico sea un deporte que siempre saque la cara por Ecuador.

“Tener el talento de Ron Brown de Jamaica es algo bueno, porque él le da importancia a un evento nacional en Guayaquil. Lo que hemos vivido en dos días ha sido una mezcla de deportistas con experiencia y de los que vienen saliendo”, dice el experimentado tirador.

Brown asegura que siempre para él es un motivo de alegría llegar a Guayaquil, tanto para compartir sus experiencias como para competir. Y sostiene que se siente muy a gusto en el Puerto Principal.

El ruido de los disparos termina y es hora de ver los resultados en un deporte de puntería fina, nervios templados y el deseo de compartir con amigos que tienen el gusto por la misma disciplina.