América de México tomó dos decisiones sobre Renato Ibarra. Una fue deportiva y otra administrativa.

La deportiva fue separarlo del plantel, impedirle que ingrese al complejo para que cumpla con la rehabilitación o que use alguna vestimenta del equipo. Con ello quiere desmarcarse del jugador, bajo un discurso que recrimina la violencia familiar.

Pero por otro lado, la institución pensó en sus arcas. Seguirá pagando el sueldo al jugador ecuatoriano. El objetivo es que se mantenga vigente el contrato (hasta 2023) y lo pueda ubicar en otra institución en el siguiente mercado de pases. Así, evitará el pago de la cláusula de rescisión que se acerca a los ocho millones de dólares.

Si Ibarra quedaba vinculado al proceso por tentativa de aborto o por tentativa de feminicidio, el club podía romper el contrato sin pagar un centavo. Pero aquello no ocurrió. La víctima, Lucely Chalá, dijo en la audiencia que nunca fue agredida físicamente por el futbolista, por lo que el único cargo que quedó pendiente es el de violencia familiar. Y ante ese no existe posibilidad de que el América anule el vínculo laboral sin pagar penalidad.

El equipo estaba al tanto de que esa situación podía presentarse, ya que inclusive hizo un adelanto del sueldo al futbolista para que pueda defenderse durante el proceso que duró una semana.

Ibarra fue detenido por la policía de la Ciudad de México el pasado 5 de marzo acusado de agredir físicamente a Lucely Chalá, quien lleva un embarazo de 10 semanas, y a su hermana Karen.

Tras la primera audiencia ante la jueza, le fue impuesta la prisión preventiva oficiosa por tres delitos: violencia familiar, tentativa de feminicidio y tentativa de aborto.

El padre de Lucely, el mundialista por Ecuador en 2002, Cléber Chalá, dijo que tenía pruebas de la agresión. Inclusive la revista TVNotas publicó una entrevista con Lucely, donde ella cuenta lo que supuestamente sucedió. “Me jaloneó del cabello y me empujó contra la pared. Lo hizo pese a que sabía que mi embarazo era de alto riesgo”.

Todo hundía al futbolista. Pero en la audiencia Lucely se retractó y ahora Ibarra podrá defenderse en libertad del cargo de violencia familiar, que es el único que está vigente. Seguirá en México, al menos, por seis meses más, ya que debe cumplir con algunas condiciones como pagar un departamento de 370 mil dólares, ir a cursos con perspectiva de género, mantenerse alejado de su pareja y firmar cada 30 días.