Los barcelonistas de más de 40 años saben quién fue Carlos Muñoz Martínez, el jugador amarillo que en los 90 se ganó el corazón de los hinchas, debido a su entrega, goles, pero, sobre todo, por su don de gente. Sin embargo, para los menores de 40, Carlos Muñoz es la general del estadio Monumental.

Hoy hay quien lleva su nombre, Carlos Muñoz, pero Vergara como segundo apellido. Es su hijo, vive en Nueva Jersey, Estados Unidos, y fue invitado el domingo junto a Julio Angulo y Lupo Quiñónez a recibir como homenaje la camiseta actual con el apellido y número de cuando jugaba Carlos Muñoz, y los otros cracks en el Ídolo.

Para el joven Carlos Muñoz, el cariño de los barcelonistas no es extraño. Creció recibiendo el afecto que los hinchas le daban a su padre, y aunque nunca lo vio jugar, los videos de la época lo llevaron a conocerlo y saber por qué era un Ídolo.

Y es que siempre que se habla de Barcelona, es casi inevitable mencionar Carlos Muñoz; de ahí que en la Tarde Amarilla, ver la camiseta actual con el número 7 en la cancha del estadio de Paterson, llevó a muchos recuerdos.

Acompañado por su madre, Violeta, Carlos Jr avanzó hasta el centro de la cancha y escuchó el canto de los cerca de 8.000 hinchas que estaban en el escenario. La mayoría, igual que él, nunca vio jugar en vivo al Frentón, pero lo hicieron sentir.

EXPRESO pudo conversar con Muñoz Vergara desde Estados Unidos y solo tuvo palabras de agradecimiento. “Se sintió un orgullo inexplicable; el tener a mi mamá conmigo y recibir la camiseta con ella fue algo muy especial”, precisa el hijo del exjugador, quien confesó que la número 7 de 2024 de Barcelona se quedó con su mamá, por lo que él deberá mandar a comprar una.

Carlos, quien ya es padre, no deja de sorprenderse del cariño de la hinchada: “Sé que mi papá está feliz de que Barcelona sigue recordando todo lo que hizo por el club”.

El joven dice que aún lo paran en la calle cuando escuchan su nombre y lo relacionan con el exjugador. “A veces me parece irreal; después 30 años, mi papá sigue en la mente de la hinchada y el club. Eso se siente muy bonito”, acota.

Finalmente, con algo de añoranza, confiesa: “No tuve la oportunidad de conocer a mi papá, pero ver el cariño que le tiene la gente, a la hinchada, es como llevarme una parte de lo que en vida fue mi papá”.

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