La fiesta más dulce del año se inició en Cuenca

Quesitos, cortados, alfajores, cocadas, roscas y más, llaman a los más golosos a hacer una pausa y deleitar el paladar. Se trata del Corpus Christi, la fiesta más dulce del año que conmemora la fe cristiana en la presencia de Cristo en el Sacramento. Aunque la celebración católica se lleva a cabo a nivel mundial desde el Siglo XIII en Europa y durante la colonia en Latinoamérica, en la capital azuaya se han integrado elementos de la cultura gastronómica popular, como los dulces artesanales.

Carmen Nacipucha, de 60 años, nació en una familia donde su madre, Julia Sarabia, quien realizaba estos dulces y los comercializaba durante la fiesta del Septenario. 

En la actualidad, esta familia ya está en la tercera generación de tradición culinaria. Al igual que esta familia, decenas de otras llevan la tradición por generaciones y cada año se dedican cerca de un mes a la elaboración de los dulces.

En esta ocasión, 90 gastrónomas están comercializando sus delicias y permanecerán en los alrededores del Parque Calderón hasta el 9 de junio. A esta expresión cultural también la acompaña la tradicional quema de castillos durante los siete días que dura la celebración religiosa.

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