Conducir un vehículo con los frenos en estado óptimo le evitará cualquier contratiempo mientras circula por la vía. Son parte del sistema de seguridad más importante del automotor y mecánicos profesionales recomiendan hacer una revisión técnica o el mantenimiento preventivo cada 20.000 km o anualmente, si es que el carro es de uso familiar. No así los carros de servicio público que cumplen ese kilometraje en menos tiempo.

Se le llama ABC de frenos y consiste en la revisión minuciosa de la suspensión delantera, que comprende análisis técnico de las articulaciones, terminales, discos, rótulas, platos, tambores, pastillas; además, del chequeo de la suspensión posterior, que consta de amortiguadores y bocines, según sea el modelo.

“En general, este tipo de mantenimientos se recomienda hacerlo anualmente. En el proceso también se chequea si está bien el nivel del líquido de frenos y se verifican potenciales fallas electrónicas, que son vitales”, explica Ariana Escudero.

Llegar a extremos, como el desgaste de los discos de freno, pone en riesgo no solo la vida de quien conduce, sino que convierte al automotor en un arma letal, pues al perder los frenos podría ocasionar un siniestro de tránsito de consecuencias trágicas. “Un desgaste de las zapatas se detecta con un chillido al momento de presionar el freno, porque se rozan con el tambor”, dice Héctor Contreras, mecánico.

Una limpieza y regulación de frenos de un carro de gama baja puede llegar a costar entre 20 y 30 dólares en talleres de Guayaquil, según indican mecánicos. Los precios irán subiendo, según el modelo del vehículo. “En el tren delantero, por lo general se cambia amortiguadores, rótulas, terminales, articulaciones, bocines”, precisa Contreras.

Pese a la importancia del sistema de frenos, refiere Escudero, son muchos los propietarios de carros que no se preocupan de informarse sobre su funcionamiento y cuándo comienzan a presentar fallas. “Muchas veces van al taller con las justas, porque el carro ya no les agarra bien el freno; es decir, en instantes en que ya han estado a punto de poner en riesgo sus vidas y las de otros, mientras conducen”, resalta.

Contreras también recomienda renovar el líquido de frenos del vehículo al menos cada 30.000 km. “Si el carro es de uso personal podría hacérselo hasta cada dos años. Una alerta de que los frenos no están funcionando bien por falta del líquido, es cuando al pisar el pedal se va hasta el fondo”, refiere.

Otra alerta, es cuando el volante presenta cierta vibración. En esos casos podría suceder que los frenos están fallando, ya sea por la pérdida de líquido, el desgaste de las zapatas o pastillas; además, el sistema detecta recalentamiento. También indican los mecánicos, que cuando las pastillas de freno de un automotor han alcanzado el desgaste máximo ponen en riesgo el disco, que comienza a sufrir desperfectos.