Pueden llegar a tener una vida útil superior a los 60.000 km, pero el desgaste de las pastillas de freno o galletas -como también se las conoce- siempre dependerá de la forma cómo es conducido un vehículo, especialmente al momento de accionar el pedal del freno.

Así coinciden expertos mecánicos, quienes al analizar el tema dicen que si un conductor utiliza los frenos con exagerada frecuencia, sin importar el terreno, gasta la pastillas por la fricción e incluso el disco de freno resulta afectado. Normalmente las pastillas de las llantas posteriores se gastan con más lentitud, de ahí que se sugiere que por cada dos cambios en las llantas delanteras, se renueven las de atrás.

“Una pastilla puede durar hasta cerca de los 100.000 kilómetros, pero el exceso de frenado la deteriora; también se desgasta con frecuencia cuando el vehículo circula en la altura, donde quienes no dominan el manejo suelen pisar demasiado el pedal del freno, recalentando de esa forma el disco y afectando la pastilla”, dice Daniel Pin.

Existen las pastillas de aleaciones de carbón, que son las de mayor uso en el mercado ecuatoriano; otras de asbesto y también de cerámica, estas últimas las más usadas en los carros de alta gama. Pin también refiere que si hay chillidos al frenar es porque se consumió la capa principal de la pastilla y solo quedó el fierro.

Una buena opción para hacer la evaluación visual y determinar si la pastilla ya está desgastada es desmontar las llantas. “La galleta tiene una línea en la mitad que sirve de ventilación, cuando desaparece se ha cumplido la vida útil. Ahí ya no agarra el freno y existe alto riesgo de un siniestro de tránsito”, añade el mecánico Óscar Laca.

Para determinar en qué momento las pastillas se han desgastado, explica que hay dos tipos de advertencias: en la actualidad los automotores sofisticados, o más modernos, tienen sensores en las galletas; cuando se va desgastando el material, el disco roza con el sensor y envía una alerta que aparece en el tablero.

En cambio, hay otro tipo de vehículos que pueden emitir una alerta más sencilla, o un chillido, que se genera porque una aleta de metal que tiene la galleta comienza a rozar con el disco y se escucha el ruido.

Cuando realiza sugerencias sobre qué pastilla adquirir, Laca indica que existen alternativas económicas de buena calidad en el mercado. En cuanto al costo, expenden unas que valen desde los 20 dólares, pero “lo mejor siempre será colocar la pastilla original”.

También refiere que los problemas que ocasiona una pastilla desgastada son delicados, pues se debe frenar con varios metros de antelación para lograr que el vehículo pare en un sitio; además, se escuchan sonidos que molestan al conductor, único responsable de la duración de la galleta.

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