Cuando un automotor tiene fugas de aceite, ya sea de motor, de caja de cambios o el hidráulico, son muchos los riesgos que se corren y todos podrían derivar en gastos cuantiosos para el propietario, e incluso en graves siniestros de tránsito.

Según expertos, un motor comienza a presentar fugas de aceite cuando los empaques se deterioran por el calor que se genera internamente. Por lo general sucede luego de los 30.000 km a 50.000 km, depende de la procedencia del vehículo, ya que algunas marcas alcanzan los 100.000 km sin ningún tipo de avería.

En cuanto a la caja de cambios, la pérdida de aceite se da por el desgaste de los retenedores, por lo que se recomienda hacer inspecciones visuales cada 10.000 km para ir controlando que no haya fugas del fluido.

“Si un motor pierde aceite, automáticamente genera desgaste en los componentes internos, como chapas de biela y de bancada; así como en las barras de leva. Cuando es mínima la cantidad de fluido que tiene, el motor se fundirá”, explica Daniel Pin, mecánico de profesión, quien recomienda a los conductores prestar atención al mantenimiento adecuado y a tiempo.

Comenta que si el mantenimiento al motor, como el cambio de aceite, por ejemplo, se realiza a tiempo, los retenedores y empaques van a tener mayor duración, puesto que el carro no se recalienta. “Se recomienda realizar el cambio antes de que se cumpla el tiempo que dice el fabricante, al menos 500 km antes”, sugiere el profesional.

A la caja de cambios mecánica se le debe cambiar el aceite cada 20.000 o 30.000 km, lo que favorecerá a un mejor funcionamiento, pues se extenderá la durabilidad de los retenedores y empaques. Uno de los mayores riesgos cuando la caja pierde el fluido es que sufre daños internos, que podrían derivar en la necesidad de reemplazarla en su totalidad. En las cajas automáticas se deben observar las especificaciones del fabricante.

“Si se extiende el uso del aceite más allá de lo indicado, o cerca de cumplir el período, se está mandando al motor o la caja de cambios un lubricante quemado, que se comienza a pegar en las paredes del motor o en los conductos; y a su vez se va formando una capa negra cerca de los retenedores, lo que debilita empaques y cauchos, por lo que comienza a filtrarse el aceite”, dice el mecánico Lenin Mieles.

Al referirse al aceite de la dirección hidráulica (para vehículos que la poseen), el profesional indica que aquel es un tema también complejo, porque al perderlo el conductor corre el riesgo de perder el control del vehículo y terminar en un grave siniestro de tránsito.