PROCASTINACION
Un vision board (tablero de imágenes o palabras que representan sus metas personales o profesionales) mantiene su motivación encendida.FREEPIK

Dejar de postergar es posible: descubre por qué lo haces y cómo cambiar ese hábito

No es flojera ni desorganización. Descubra las causas y cómo romper el ciclo de la procrastinación con herramientas prácticas

¿Cuántas veces ha repetido “ya mismo empiezo”, “más tarde lo hago” o “todavía tengo tiempo” mientras el proyecto que tiene en mente sigue en pausa? La tendencia a aplazar lo que realmente importa y dejarse llevar por la procrastinación (incluso cuando sabemos que es crucial para nuestro crecimiento personal o profesional), tiene raíces mucho más profundas que la simple pereza. La buena noticia es que, si ha identificado que tiene este comportamiento, ¡aún está a tiempo para mejorarlo!

¿Por qué postergamos lo que más importa?

Postergar sus objetivos o tareas por hacer no es simplemente falta de voluntad. Según la psicóloga clínica Vicki Molina, existen muchas causas que pueden estar detrás de este comportamiento, ya sean emocionales, cognitivas o incluso sociales. “Procrastinar no es ser flojos. Muchas veces es miedo, inseguridad o una forma inconsciente de protegernos del error, de la crítica o del fracaso”.

Sobre eso, la psicóloga clínica Andreína Malnati coincide: “Postergar puede ser una estrategia para evitar emociones incómodas como la ansiedad o la frustración. Nos da una sensación momentánea de alivio, pero en el fondo solo estamos alimentando ese malestar”. Además, este comportamiento también puede tener otros motivos como: perfeccionismo, miedo al juicio, falta de confianza o incluso el síndrome del impostor. “El hecho de afrontar una tarea difícil puede generar ansiedad. Entonces postergar se convierte en una forma de evitar la posibilidad de equivocarme o de no cumplir con una expectativa, ya sea mía o impuesta”, explica Malnati.

¿Existe algún tipo de personalidad que tenga más probabilidades de tener este comportamiento? La experta añade que “está muy relacionado con personalidades perfeccionistas. Queremos hacerlo tan bien que terminamos sin hacerlo. Y si la autoestima es baja, cualquier meta se siente como una amenaza. Dudamos de nuestra capacidad y la meta se vuelve algo que evitar en lugar de algo que nos entusiasme”.

Procrastinar también es una forma de autosabotaje

Postergar lo que es importante para uno (ya sea un proyecto, una conversación o un sueño) es muchas veces una forma de autosabotaje. Por eso, Molina indica que trabajar para derribar la procrastinación no es solo un tema de productividad. Es un acto profundo de autocuidado y amor propio. “Hacerse cargo de lo que evita también es una forma de quererte. No es exigencia, es responsabilidad amorosa”, añade.

Y dentro de ese cuidado hacia uno mismo, mover el cuerpo también juega un rol clave. Hacer actividad física (ya sea una caminata diaria, bailar, estirarse o ir al gimnasio) ayuda no solo a regular el estrés, sino también a “usar el movimiento físico como una herramienta para salir del estancamiento mental”, dice Molina.

Así que, la próxima vez que esté a punto de posponer algo importante, haga una pausa y pregúntese: ¿Estoy evitando esta acción o estoy evitando cómo me haría sentir? ¿Estoy protegiéndome o estoy dejándome atrás? A veces, dar el primer paso no es tan difícil como creemos. Y casi siempre, después de hacerlo, nos sentimos mucho mejor que antes.

POSTERGACION
La técnica pomodoro consiste en trabajar durante 25 minutos sin distracciones, y luego hacer una pausa de cinco minutos para desconectarse.FREEPIK

Moverte te desbloquea: el cuerpo también ayuda

Si está listo para dejar de postergar, existen varios recursos prácticos que pueden convertirse en sus nuevos aliados. Molina recalca que uno de los más efectivos es el planner o calendario. “Tener estos planificadores con tareas divididas por días u horas, metas semanales o avances de un proyecto paso a paso, le da estructura y dirección”.

También puede apoyarse en agendas físicas para organizar prioridades y enfocarse en lo que debe hacer. Y otra herramienta valiosa es el vision board (tablero de imágenes o palabras que representan sus metas personales o profesionales). Tenerlo cerca puede mantener su motivación encendida y recordarle por qué vale la pena avanzar.

¿Tu voz interior te hace daño? Aprende a gestionar tu diálogo interno

Cómo detener los pensamientos negativos: Guía para un diálogo interno saludable

Leer más

Eso sí, si prefiere la tecnología, los recordatorios en el celular o apps como Google Calendar o Notion son opciones efectivas para quienes se sienten más cómodos en formato digital. Cualquiera que sea la herramienta que elija, lo importante es que le ayude a avanzar. Porque muchas veces, dejar de postergar empieza con una decisión sencilla: comenzar.

La técnica pomodoro: trabaja mejor en menos tiempo

Si lo que necesita es combatir tareas largas o agotadoras, puede probar con la técnica pomodoro. Molina explica que consiste en trabajar durante 25 minutos sin distracciones, y luego hacer una pausa de cinco minutos para desconectarse, distraerse o simplemente respirar. Lo importante es elegir una actividad que le guste: jugar, cantar o escuchar una canción… Estas pausas activas no solo cuidan su concentración, también le permiten reconectar consigo mismo.

Estrategias clave para dejar de postergar

Malnati indica los puntos claves para, poco a poco, luchar contra la procrastinación:

  1. Identifique la causa. Pregúntese: ¿Por qué estoy evitando esto? ¿Qué me da miedo? ¿Es inseguridad, perfeccionismo, agotamiento o falta de estructura?
  2. Hágalo solo por cinco minutos. La regla de los cinco minutos puede ser muy poderosa. Dígale a su mente que solo dedicará cinco minutos a esa tarea. Esto reduce la resistencia inicial y, en muchos casos, una vez que empieza, le resultará más fácil continuar.
  3. Divida la tarea en partes pequeñas. Si algo le abruma (como escribir un tesis, comenzar un nuevo hábito o retomar un proyecto personal), fraccione ese objetivo en pasos mínimos. Dar el primer paso, por más pequeño que sea, ya representa un avance.
  4. Sea realista y amable con usted mismo. No se imponga metas inalcanzables en poco tiempo. Lo importante es construir desde lo posible. Recuerde: no se trata de alcanzar la perfección, sino de avanzar de forma sostenible sin sentirse abrumado.
  5. Reformule sus pensamientos. En lugar de pensar “tengo que hacerlo perfecto”, intente decirse: “voy a hacerlo lo mejor que pueda hoy”. Cambiar ese diálogo interno puede reducir la presión y facilitar la acción.
  6. Celebre lo que sí logró. Su cerebro necesita una recompensa emocional. Reconozca cada pequeño paso que haya dado. No hace falta haber terminado todo para sentirse orgulloso: comenzar también es motivo de celebración.
  7. Rodéese de apoyo. Compartir sus metas o tareas pendientes con alguien de confianza puede brindarle el impulso que necesita. Contar con una mirada externa, empática y sin juicio puede hacer una gran diferencia.