Elegir de quiénes nos rodeamos es poco menos que una quimera. Si bien es cierto que el entorno ideal es aquel que está compuesto de gente positiva y buenas vibraciones, lo cierto es que en la calle, el trabajo y, en ocasiones, el propio hogar hay gente preocupada, estresada, con miedo y enojada con el mundo…

Aunque usted no lo note, esa carga negativa puede adherirse a su campo energético o aura y, por su permeabilidad, cargarse fácilmente.

A este factor externo se suman los propios pensamientos y emociones a los que, muchas veces, se les permite tomar el camino que quieren. Cuando eso ocurre, adquieren vida propia y, sin que usted lo note, lo conducen a escenarios que no han ocurrido pero que generan ansiedad, miedo o tristeza o emociones negativas que ha cultivado, como miedo, rabia, celos, entre otros.

Al final del día, sin razón aparente, se siente cansado y sin energía vital, en ocasiones imposibilitado de pensar con claridad. No hay explicación a ese agotamiento físico, mental y emocional. ¿O sí la hay? Las energías negativas han hecho mella en su vida.

Una pequeña guía

Lo primero para vencerlas es confiar en la propia intuición. Ante la alerta de que algo está pasando, se hace necesario depurar y renovar energías, y qué mejor que hacerlo de forma natural y casera. Antes de ponerse en manos de otra persona confíe en su sabiduría ancestral. Aquí una guía sencilla:

• Respiración consciente. 

Oxigena el organismo y relaja automáticamente: si se la acompaña con una pequeña visualización, cambia el patrón energético. Concéntrese y piense que inhala luz y paz y exhala oscuridad y tensiones. Cinco minutos en la mañana y en la noche, en un ambiente tranquilo y sin interrupciones, son suficientes.

• La naturaleza, fuente de limpieza. 

Al entrar al mar, pídale al espíritu del agua que lo limpie de todas las energías negativas. Al salir, recuéstese en la arena y reciba un poco de sol y aire fresco. De esa manera se pondrá en contacto con los cuatro elementos (agua, tierra, sol y aire) que, además, lo renuevan.

• Con los pies descalzos. 

En un parque o un jardín, párese descalzo sobre la tierra y pídale al espíritu de la Madre Tierra que limpie y transmute su energía negativa. Visualice cómo va soltando, a través de las plantas de los pies, toda la carga y tensión que lleva. La tierra tiene el poder de transformar lo que se libera en ella.

• La sal también funciona. 

Si no tiene contacto con la naturaleza, llene un balde o tina con agua y un puñado de sal en grano. Sumerja los pies por 10 minutos. Además de desinflamar, la sal es un poderoso limpiador de energías.

• Ruda, laurel y salvia. 

Estas plantas ayudan a limpiar el aura. Puede saumar su casa y su cuerpo con ellas. También poner un incienso, una velita, una oración o poner mantras, siempre que tenga una buena intención de corazón y pidiendo bendiciones y armonía para su hogar. Con buenas energías puede hacer un cambio de frecuencia vibracional positivo.

Preste atención

Basta con echar un vistazo a lo cotidiano para saber si las malas vibraciones le están afectando. Mal humor continuo, agotamiento físico y mental sin razón aparente, dolor de cabeza y tensión extrema, ansiedad por temas que antes no le preocupaban, así como reparar en que se queja continuamente son algunos síntomas que deben prender sus alarmas.

Pero también es posible que su hogar esté afectado. Hay algunos signos que bien vale la pena descubrir:

• Quienes viven en casa se enferman continuamente o les cuesta recuperarse completamente de alguna dolencia, sin que haya una causa física ni médica.
• Se producen peleas y discusiones constantes que pueden degenerar en violencia.
• Las mascotas están inquietas y nerviosas y las plantas se mueren o marchitan a pesar de los cuidados diarios.
• El orden y la suciedad imperan en su hogar a pesar de sus esfuerzos porque todo esté en su lugar.
• Hay tristeza y soledad en el ambiente.

* Terapeuta y Reiki master. Instagram: @alejandragomezmayol