Kiska es una orca de 4.000 kilos que fue capturada en octubre de 1979 en Islandia con 3 años. Ha vivido en cautiverio hace más de una década en el parque de atracciones MarineLand de Ontario, Canadá.

Un video se viralizó recientemente en redes sociales, el 14 de enero de 2023, donde se muestra una piscina gigante rodeada de nieve en el exterior y Kiska flotando solitaria. Las imágenes destacan las precarias condiciones en las que el cetáceo se encuentra. 

Estos animales exhiben una amplia gama de comportamientos anormales y, a menudo, mueren a una edad temprana por infecciones y otras condiciones de salud que son poco comunes en un entorno salvaje.

Su vida encerrada ha tenido graves consecuencias, como se pudo ver en vídeos grabados por turistas en 2021. En ellos, se veía a Kiska golpeándose la piscina en la que habita. En los últimos 40 años, ella ha tenido más de 20 compañeros de su especie, pero todos han fallecido o sido trasladados debido a la falta de adaptación al ambiente. Kiska ha sido madre en cinco ocasiones, pero todas sus crías han fallecido poco después del parto o a edades tempranas.

Protectores de animales, activistas y colectivos han reclamado la liberación del mamífero a su hábitat natural, pues consideran ‘cruel’ el hecho que la orca se encuentre sola durante tanto tiempo. Un ex trabajador del Marineland, que ahora se dedica a ser defensor de la liberación de estas especies, difundió imágenes que demuestran la soledad de la orca, por lo que se inició una campaña en la popular página web de solicitudes, change.org , donde solicitan la liberación del animal, llamada #FreeKiska.

Dicha solicitud lleva más de medio millón de firmas para que el Marineland de Ontario deje libre a la orca en alguna zona protegida en aguas abiertas.

La organización Animal Justice está exigiendo que las autoridades canadienses reconozcan el maltrato que sufre Kiska en Marineland y tomen medidas para trasladarla a una instalación adecuada, como un santuario de ballenas, donde pueda vivir de manera más natural y saludable. La organización señala que en Ontario es ilegal causar angustia física o psicológica a un animal.