Fue en 1992 cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró que el 3 de diciembre sea el Día Internacional de las Personas con Discapacidad con el fin de promover sus derechos y bienestar en todos los ámbitos de la sociedad. Es que, tener una discapacidad (sea auditiva, de lenguaje, física, intelectual, múltiple, psicosocial y visual), no es una barrera que impida tener una participación plena y efectiva en la sociedad.

Así lo menciona María José Toledo, periodista y asesora en diversidad e inclusión corporativa, quien opina que es importante que se celebre esta fecha ya que es una forma más para dar visibilidad a esta causa y se haga eco de lo que significa una discapacidad. “No es sinónimo de inferioridad o algo que lamentar, es una característica que tiene el 15% de la población mundial. Las diferencias y la diversidad es lo que nos une como sociedad. Las personas somos imperfectas tengamos o no una condición de vida…”.

Toledo, quien también es la directora de la organización Somos Capaces, enfocada en la difusión de la inclusión de personas con discapacidad en el mundo laboral, menciona que es su hermano José Andrés (con síndrome de Down), quien siempre la ha motivado a trabajar en esta área. Considera que, aunque Ecuador se está encaminando a una cultura más inclusiva, aún existen vacíos en temas de accesibilidad y comunicación enfocados en este grupo poblacional.

“Todos en algún momento podríamos llegar a vivir una experiencia discapacitante por la edad, por una enfermedad o un accidente. Siempre se debe tener empatía del otro, evitando las miradas condescendientes. Hay que ver a las personas y no a sus condicionales. Apreciar el talento sin etiquetas y anteponer el hecho de que son personas igual al resto”, añade Toledo.

Un cambio como sociedad

Según la psicóloga Daniela Terán, el Día Internacional de las Personas con Discapacidad también es una oportunidad para crear conciencia en la población de que muchas veces existen distintos prejuicios alrededor de las personas que tienen algún tipo de discapacidad, “ya que se piensa que no pueden hacer ciertas cosas, o es mejor que estén en casa sin participar en las actividades económicas, productivas o culturales”.

Terán anima a las población a derribar ciertos prejuicios en torno a la discapacidad como: creer que no pueden hacer ninguna actividad por sí solos. Es que, a pesar de tener una condición en particular, con las herramientas necesarias y las adaptaciones en el entorno, pueden llegar a realizar las mismas actividades que los demás.

“Hay que ponerse en el zapato de la otra persona, la discapacidad no es una situación que la vivan pocos, las podríamos tener todos en algún momento. En la consulta psicológica se brinda atención generalmente a padres con hijos con discapacidad. El objetivo es derribar miedos, orientarlos a construir un entorno favorecedor para sus hijos y que aprendan más sobre el tema”, dice Terán.