“Nadie puede salir de casa, pero #NosUnimos para ayudar a quienes la tienen imposible”. Con ese mensaje subido en su cuenta de Twitter, Felipe Ogaz busca incentivar a otras personas a involucrarse en un voluntariado diferente.

Mensajes como este se multiplican en las redes sociales. Bajo el hashtag #NosUnimos, difunden la iniciativa #enqueayudo.org, que tendrá a la tecnología como su soporte y que se enfocará principalmente en Guayaquil, la ciudad más golpeada por el COVID-19.

La idea es crear un mapa de las necesidades y generar ayuda entre vecinos. Así una persona que se convierte en voluntaria podrá socorrer a alguien que esté cerca de su vivienda y que necesite de alimentación, medicinas, productos de higiene y de bienestar animal.

Esta iniciativa busca también ofrecer asistencia médica y psicológica remota durante la cuarentena y está dirigida a quienes no pueden salir de casa, como adultos mayores, madres y padres solteros, personas con movilidad reducida, con discapacidad y a los inmunodeprimidos.

En su etapa piloto, el proyecto, que contará con una plataforma digital y una app, comienza a reclutar a los interesados a través de Facebook y Twitter. Desea saber qué tanto conocen de bioseguridad (ver subnota) para reforzarlos en las áreas en que lo necesiten.

Para ellos están creando manuales, pero que tendrán también un toque diferente, pues la información se transmitirá en formato de memes, cuenta Miguel Jaramillo, encargado de Comunicación del proyecto.

Destaca además que esta iniciativa se diferencia de las demás en que no solicita donaciones de dinero. “Así la ayuda es más directa, de persona a persona y favorece el poder ayudar desde nuestra casa”, dice.

El equipo de voluntarios de Quito y Guayaquil está ultimando los detalles, pues es importante que las personas que lleven la ayuda cuenten con todas las seguridades necesarias y que no se pongan en riesgo.

“Se piensa que el voluntariado implica salir corriendo a ayudar y recorrer grandes distancias. En estos tiempos de coronavirus, el voluntariado es quedarse en casa y tratar de moverse lo menos posible”, explica Jaramillo. Por eso, la persona que ayude no debería alejarse más de dos kilómetros de su vivienda. Eso se lo logra creando redes de vecinos, explican los organizadores. Además, los participantes deberán tener entre 18 y 45 años, recibir las capacitaciones virtuales que dará el grupo en bioseguridad y comprometerse a ayudar.

Los teléfonos celulares serán de ayuda en esta propuesta tecnológica, pues permitirá definir las ubicaciones tanto del que necesita la ayuda, como del que puede proporcionarla.

Y una vez que pasen el plan piloto, el segundo paso es ir tras el apoyo de la empresa privada para que garantice un sistema de entrega para dotar a quienes lo necesitan.

Trabajan a velocidad. Saben que con el paso de los días habrá personas requiriendo ayuda y esperan poder ser ese vinculo para apoyarlos.

• Un test para medir cuánto sabe de seguridad

Las personas que quieran colaborar con la iniciativa deben llenar primero un formulario vía web, en el que además de sus datos personales y ocupación, ponen a prueba sus conocimientos sobre bioseguridad. Se pregunta, por ejemplo, si cree que debe colocarse la mascarilla en la puerta de salida de la casa o dentro de ella, si la puede tocar cuando está en la calle y si se la descarta o no después de cada uso.

Le consulta también si considera que puede tocarse la cara luego de aplicarse alcohol en gel sin haberse lavado las manos con agua y jabón.

El grupo busca además conocer si sabe cuál es la forma correcta de entregar la ayuda sin ponerse en riesgo.

• Difusión

La iniciativa se promueve a través de Facebook y Twitter (@enqueayudo). Están trabajando en la página web que será la base para el trabajo solidario del grupo nacional de voluntariado.