
Los trasplantes de organos crecen
El rechazo de órganos ahora es mínimo. Se sigue logrando mayor compatibilidad entre los pacientes.
En la vida sí hay segundas oportunidades. Así lo creen varios ciudadanos que han recibido el beneficio de poder acceder a la donación de órganos o tejidos para continuar con su vida de manera normal.
La donación en el país ha ido en aumento luego de la puesta en vigencia de la Ley Orgánica de Trasplante de Órganos, Tejidos y Células, que en este marzo cumple siete años.
Nancy Lamiño, quiteña de 58 años, es una de las beneficiarias. Ella se recupera en el segundo piso del hospital Eugenio Espejo, del trasplante de riñón de un paciente cadavérico (muerto). La gestión estuvo a cargo del Instituto Nacional de Donación y Trasplante de Órganos, Tejidos y Células (Indot).
Lamiño descubrió con el pasar de los años que solo tenía un riñón, el cual empezó a fallar a la edad de 56 años, por lo que tuvo que pasar a recibir diálisis. Ella pasó a formar parte de la Lista de Espera Única Nacional, que ahora es manejada por el Indot, tras el cumplimiento de protocolos que permiten a los pacientes tener la esperanza de recibir una donación.
Cuatro días después de la cirugía está sentada junto a su cama. Cuenta que empezó con insuficiencia renal crónica grado cinco, y que por dos años necesitó de diálisis. Inició los trámites para entrar en la lista de espera, toda vez que le descubrieron que solo tenía un riñón que ya no funcionaba y era necesario cambiarlo.
“Cuando me llamaron a decirme que me iban a hacer el trasplante me sentí la mujer más feliz, aunque en principio no creía. Pensé que era una inocentada, ya que mi familia es chistosa y creí que me estaban jugando una broma, pero cuando mi marido me dijo ‘ve bruta, tenemos que ir al hospital muévete’, ahí reaccioné”, relató a EXPRESO.
También hay historias de amor que trascienden. Es el caso de Arturo Albuija y su esposa Carmen, padres de dos hijos. A él le detectaron una falla renal y necesitaba un riñón para poder continuar viviendo. La desesperación les ganó. Carmen, quien es de tomar decisiones radicales, pidió hacerse las pruebas de compatibilidad, salió positivo y decidió compartir uno de sus riñones con su esposo, a pesar de la oposición de su familia y la de sus cuñados. “Cómo van a hacer eso, y si les pasa algo a los dos, los guaguas (hijos) se quedarán solos, no lo hagas”, le decían.
“Ahora ya no solo estamos unidos ante Dios en matrimonio sino también por los riñones”, cuenta entre risas.
De la estadística que lleva el Indot sobre los trasplantes, en el país se han realizado 4.740 procesos desde el 2007.
La ley vigente desde 2011 determina que las personas que se cedulan expresarán su voluntad o no de ser donantes. Al momento, el 92 % de los ecuatorianos ha decidido ser donante voluntario.
El director del Indot, Carlos Velasco, dijo a EXPRESO que existen grandes avances en este proceso de donación de órganos y tejidos. A sus ojos “hay un antes y un después de la ley”, toda vez que la normativa logró establecer reglas claras para la entrega de órganos, evitando sobre todo el “tráfico”, o que los trasplantes se lo haga por “amistad o por dinero”.
“Ahora todo es un trabajo técnico, en donde el Indot es el organismo rector, y el cual está a cargo de todo el proceso de trasplantes de órganos y tejidos. Nosotros manejamos el Banco Nacional de Tejidos y Células, por lo que sin nuestra autorización no se mueve nada”, afirmó a este medio el director.
Plan operativo y el banco de órganos
El solo anuncio de que hay un posible donante prende las alarmas. Todo un operativo se inicia desde la secretaría técnica del Indot. La técnica Sandra Luna explicó que la primera acción es confirmar que si el posible donante registra en su cédula la voluntad de donar. Luego se inicia el trabajo con los familiares para conocer su decisión y empezar, de aceptarlo, la extracción de los órganos por parte de los propios médicos del hospital o de los equipos del Indot. Una vez extraídos son transportados al Banco Nacional de Tejidos y Células (Bantec). Ahí se revisa la lista de espera única nacional para proceder a hacer el trasplante. Danilo Granda, analista del banco, indicó que los órganos y tejidos cumplen una estricta valoración y se revisa su utilidad. Aceptados los órganos pasan a congelarse a -80 grados para mantenerlos y proceder a su distribución a escala nacional.