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Taxistas piden control y bonos para adquirir autos electricos

Los amarillos aún no se convencen de cambiar los vehículos. La ordenanza que establece el incentivo está pendiente. Las primeras unidades circularán este año.

Análisis. El carro eléctrico que se promociona en Guayaquil pasó un proceso que incluyó 47 días de prueba.

En una bodega de Durán permanecen los primeros 50 taxis eléctricos que reemplazarán a vehículos amarillos que funcionan con combustible fósil, y cuya vida útil está por fenecer (20 años).

Fernando Amador, director de Transporte Público de la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM), explica que las unidades cero contaminantes circularán cuando esté listo el informe técnico y el Concejo Cantonal apruebe la ordenanza de incentivos. Calcula que será antes de que finalice el año.

Desde ese momento, Guayaquil será la segunda ciudad, después de Loja, en apostar por estos automotores. Además, con los 20 buses que recorren la urbe, desde marzo pasado, ampliará su propuesta a la electromovilidad.

La ordenanza de incentivos, a la que se refiere Amador, consiste en que el Municipio y la ATM otorgarán 4.000 dólares de compensación a los transportistas que reemplacen sus unidades por los eléctricos. Otros 2.000 dólares los otorgará BYD, automotriz china que oferta los taxis eléctricos.

El modelo del vehículo fue probado del 29 de abril al 14 de junio pasado. El conductor elegido fue Jorge Burgos, de la cooperativa Taxistas Alfaristas, quien recorrió 6.168 kilómetros con él.

George Mera, presidente de la Unión de Taxistas del Guayas, aplaude el apoyo al gremio regulado, pero considera fundamental la intervención del Gobierno nacional para la entrega de bonos, tomando en cuenta que el vehículo eléctrico cuesta aproximadamente 36.700 dólares.

Guillermo Guevara, de la cooperativa 11 de Septiembre, concuerda con que se incentive al cuidado del ecosistema, pero considera que hay factores que impiden que la mayoría de los taxistas puedan acceder a las modernas unidades. “Por falta de controles de la ATM, los informales nos están ganando la batalla y las aplicaciones móviles operan con libertad. Al no haber carreras, no tenemos recursos para una nueva inversión”, remarcó.

A Mera también le preocupa la autonomía del vehículo, debido a que tendrán dificultades cuando pretendan salir de la ciudad. “Nos quedaremos botados, al no existir electrolineras en las carreteras”, señala.

Carlos Henríquez, taxista desde hace 16 años, lo toma por el lado positivo. Aprovechó que la vida útil de su taxi está por caducar para invertir en una de estas unidades.

Durante dos semanas investigó los pros y contras del carro eléctrico, antes de decidirse en la adquisición. “No usar combustible y el mantenimiento mínimo que requiere fueron los principales motivos, siendo un gran ahorro”, puntualiza.

Henríquez se refiere a que en un mes consume $ 450 en combustible, en lugar de los $ 90 que pagará por la energía eléctrica. Esto además de los $ 80 cada 5.000 kilómetros por cambio de aceite y mantenimiento, frente a los $ 150 cada 20.000 kilómetros que requiere el nuevo vehículo.

Henry Pesantes, gerente de BYD-sucursal Guayaquil, indica que se trata de un transporte urbano y no para viajes. Sin embargo, aclara que aquello no limita a los taxistas a salir de la ciudad.

Cita como ejemplo que en la prueba se incluyó el itinerario Guayaquil-Montañita-Guayaquil, unos 320 kilómetros, para comprobar la autonomía del carro. “El automotor regresó sin nueva recarga y con algunos porcentajes para seguir rodando”, asegura.

Sobre sitios de carga, Pesantes señala que al vehículo se le incluye un cargador móvil para corriente de 110 y 220v. En parque Samanes está en construcción la primera electrolinera del país.

Justifica el costo del carro, “porque además de la tecnología, dispone de seguridad para el conductor y pasajeros”.