Una dieta alta en carbohidratos y grasas y la falta de ejercicios no solo pueden llevarlo a la obesidad y a la diabetes sino también a un deterioro de la salud de su cerebro.

Esta vez, un estudio de la Universidad Nacional Australiana se centró en los otros efectos que tienen los malos hábitos en la salud y encontró que quienes a menudo consumen comida chatarra y son sedentarios, presentan un declive acelerado de las funciones cerebrales como la demencia y el encogimiento cerebral.

Aunque otros estudios ya habían advertido sobre el tema, esta nueva investigación advierte que el problema se está presentando cada vez a más temprana edad y que las medidas para frenar la evolución de los daños se toman de manera tardía.

Según los resultados, la gente se preocupa por lo que le está pasando a su cerebro a partir de los 60 años y para entonces ya es tarde, pues aseguran que cuando la persona llega a la edad madura el daño ya se vuelve irreversible.

Y sí que estamos comiendo más que antes. El trabajo de la universidad reveló que si comparamos lo que consume una persona ahora con lo que comía hace 50 años, vemos que en la actualidad se ingieren unas 650 kilocalorías más. ¿Qué significa eso? Es el equivalente a una hamburguesa, papas fritas y refrescos.

Recomiendan entonces comenzar a adoptar lo antes posible hábitos saludables (buena alimentación y ejercicios), algo que no parece del todo fácil cuando las proyecciones indican que a nivel mundial el 30 % de la población tendrá sobrepeso u obesidad.