Miriam del Carmen Noboa ve con tristeza cómo cada día la salud de su hijo se deteriora. El adolescente, de 13 años, tiene una discapacidad intelectual del 72 %.

Ya de por sí la madre debe cuidar a su hijo hasta en los más pequeños detalles, desde peinarlo, vestirlo y darle de comer en la boca. Sin embargo, cuenta que su condición ha empeorado en las últimas semanas, desde que lo sacó del colegio porque, cuenta, sus compañeros lo acosaban.

Miriam vive en Chimbacalle, en el sur de Quito, y desde que su pequeño no asiste a la unidad educativa, ha dejado de trabajar para cuidarlo. Solía vender accesorios de celulares por las calles principales del barrio.

Ahora su familia se mantiene con el bono Joaquín Gallegos Lara (240 dólares), que recibe mensualmente el menor.

El Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) entrega este beneficio para personas con discapacidad física, intelectual o psicosocial grave, muy grave y completa, y, además, para quienes tienen enfermedades catastróficas.

La mujer pide que se investigue el acoso escolar.