Roque Sevilla ha podido reunirse, junto a otros ciudadanos, con el alcalde electo Pabel Muñoz, para darle a conocer sus inquietudes sobre la ciudad. Dice que si es convocado junto a otros exalcaldes para que den su punto de vista, no se negará a la invitación.

¿Cuál es la expectativa con el cambio de autoridades?

Quito está demandando un buen gobierno municipal desde hace mucho rato, de tal forma que los cambios que se vayan a dar, la ilusión de todos es que sea para mejorar, aunque las circunstancias políticas nos hacen sentir preocupación.

¿Qué temas son claves resolver en el arranque de la nueva Alcaldía de Quito?

Hay gran expectativa por el funcionamiento del metro, que parece un cuento de nunca acabar. El otro, aunque no tiene que ver directamente con el Municipio, sí tiene que ver con la gestión paralela que puede hacer de presión al Gobierno central sobre el tema seguridad. Se puede organizar mejor a la comunidad para que esté preparada para enfrentar la inseguridad.

Se piensa en peajes dentro de la ciudad, ¿es buena idea?

Creo en el peaje para mejorar la obra pública; no tiene sentido tener una ruta tan importante como la Ruta Viva sin peaje. Por otro lado, sí se puede hacer control del flujo vehicular en ciertas zonas de la ciudad que hay demasiada carga. Hay información estadística como para poder poner arcos de cobro de peajes.

¿Cuál ha sido la razón de ese estancamiento que sufre la capital?

Los malos gobiernos traen consigo un estancamiento total del avance de las ciudades, mientras un buen gobierno las transforma. Lo que debemos demandar es que la nueva administración haga un buen gobierno. Me preocupa un poco la tendencia de la Revolución Ciudadana a volver las cosas altamente políticas. La gran mayoría de colaboradores son excolaboradores de (Rafael) Correa.

¿Cómo evitar politizar el Municipio de Quito?

Ahí también se verá la actitud del alcalde: si se vuelve muy político, si tiene mucha presión de Correa, que todos sabemos busca desestabilizar. Si se convierte en un instrumento de aquello sería lamentable y los quiteños, inclusive los que le dieron el voto, no quieren una persona que aúpe la violencia.

¿Qué tiempo se le debería dar a Pabel Muñoz para que asiente su administración?

Ahí hay una tradición de los cien días famosos, que son un poco más de tres meses. Ahí ya se podrá ver el nuevo direccionamiento que da el gobernante. No tanto las obras, pero sí el direccionamiento que le piensa dar a su gestión.