Lo advierte, otra vez. Daniel Salcedo Bonilla, sentenciado en el caso corrupción hospitalaria y uno de los 52 procesados por el delito de delincuencia organizada en el caso Metástasis, amplió su versión el 30 de marzo pasado y pidió ingresar al Programa de Víctimas y Testigos para aportar a la investigación y obtener algún beneficio en caso de ser sentenciados.

Sin embargo, durante su intervención, que duró alrededor de 10 minutos, Salcedo realizó varios cuestionamientos y advirtió al sistema de justicia estar en peligro e indefensión: "Estamos claros que estamos en un estado de excepción, y estando en un estado de excepción se amotinaron en Guayaquil. La pregunta que quiero hacer a todo el Ecuador es: ¿quieren matarme? ¿quieren silenciarme? ¿quieren ver un video de la cabeza de Daniel Salcedo mutilada? ¿Por qué el SNAI no ejerce el derecho a la igualdad y permite que tengamos defensa como los otros de caso Metástasis?".

Salcedo añadió, además, que en el centro carcelario en el que está recluido, las autoridades no le permiten acceder a la documentación de caso o comunicarse con su defensa. Teme que el plan sea silenciarlo: "Prácticamente, comiéndose toda la instrucción fiscal y dejándome sin defensa".

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El procesado insinuó que no será la ultima vez que amplíe su versión, pues aseguró que lo solicitará otra vez, de ser necesario. Durante su breve intervención, nadie formuló preguntas. Esto pese haber mencionado que respondería cualquier cuestionamiento. 

No es la primera vez que lo dice. Durante la diligencia en la que cuatro de los 52 procesados en el caso Metástasis dieron su testimonio anticipado, Salcedo encendió el micrófono de su computador -durante uno de los recesos- para pedirle a su abogado hacer algo o decirle al juez Felipe Córdova que su vida corre peligro, que "su cabeza tiene precio". Lo dijo una y otra vez, segundo después, pidió ausentarse por problemas en su salud. 

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