Punto medio, no tan medio
Ni para ti ni para mí, es quizá la expresión más común del negociador callejero y tal parece que hoy también recupera terreno en nuestra escena política.
Durante 10 años nos acostumbramos a que una sola persona tome todas las decisiones políticas, mandando incluso sobre espacios que se reputaban independientes; nos olvidamos de aquello que justamente define en esencia, siguiendo al expresidente Mujica, a la política: la eterna negociación.
El famoso ni para ti ni para mí tiene toda una teoría psicológica detrás, es más que coincidencia. Si bien es cierto que entre el máximo y el mínimo donde se traba el regateo las partes tienden a converger en un punto medio, no es menos cierto que el virtuoso negociador sabrá jalar agua a su molino acomodándolo un tanto más hacia su lado. Los expertos usarán el ritmo y el tamaño de sus concesiones para direccionar y guiar el supuesto punto medio, proyectando hacia sus interlocutores una idea sobre el espacio que aún queda para conceder.
No llegará al mismo “medio” quién concede rápidamente y en tramos importantes, que quién no concede sino en pequeños pasos y luego de mucha insistencia; para indicar que se acaba el margen de acción, toca ir achicando. Pequeñísimas concesiones son, de hecho, en la teoría de la negociación, una de las expresiones más claras de que se van terminando las opciones.
Está muy bien que el compromiso recupere espacio en nuestro medio; le hace bien al futuro porque aleja las decisiones unilaterales propias del autoritarismo, combina visiones del mundo, enriqueciéndolas, además de ir en fase, a la vez con la democracia y con el relativismo “millennial”.
Los legisladores y el presidente, los gremios empresariales y el Gobierno, los movimientos indígenas y montuvios o los activismos ambientales y de derechos humanos, tienen todos hoy un espacio para poner sobre el tapete sus ideas y buscar regatearlas. Qué tan rápido concede uno u otro interlocutor y cuánto, ha de servirnos de guía para anticipar cual será el “punto medio” de este lentorro proceso democrático.