Una vez superada la etapa crítica que dejó la pandemia, el Aeropuerto Mariscal Antonio José de Sucre, en Tababela, nororiente de Quito, recuperó sus niveles de productividad en flujo aéreo y, además, decidió retomar el proyecto ZEDE (Zona Especial de Desarrollo Económico), con el que pretende reactivar y dinamizar la economía de la capital, principalmente.

La inversión estimada para llevar a cabo este programa es de 375 millones de dólares. Una parte de ese valor será financiada por el administrador del servicio, mientras que el Municipio contribuirá con la entrega de 37 millones, monto en el que está valorado el predio que se sitúa a un costado de la pista de aterrizaje y tiene 205 hectáreas. Además, por años este espacio ha estado deshabitado e improductivo, y en vista de ello nació esta idea.

La gerente de la Empresa Pública Metropolitana de Servicios Aeroportuarios (EPMSA), Katya Bastidas, indicó que desde 2016 están sobre la marcha e inicialmente realizaron los respectivos estudios técnicos para su ejecución. Para 2018, los permisos y aprobación ya fueron emitidos.

Desde entonces, esta iniciativa ha estado en el aire, pero finalmente aterrizó con la finalización de la pandemia.

Bastidas añadió que en el tercer cuatrimestre del próximo año se abrirá el proceso de selección del administrador de esta zona franca, a través del portal de Compras Públicas.

“Será un proceso transparente al que podrán postularse interesados nacionales y extranjeros. La selección recaerá sobre aquel que cumpla con los términos de referencia establecidos, ya que esto garantizará el bienestar ciudadano, así como el correcto funcionamiento de los lineamientos trazados en este proyecto”, manifestó la funcionaria municipal.

¿En qué consistirá esta zona de desarrollo? Según la gerente de EPMSA, en estos predios se levantará una infraestructura altamente equipada y con capacidad para acoger hasta 236 empresas dedicadas a la industria, logística y desarrollo tecnológico.

Este punto del aeropuerto será un asentamiento estratégico de fábricas nacionales o internacionales, enfocadas en cualquiera de las actividades económicas ya expuestas.

“Ellos podrán gozar de beneficios arancelarios y tributarios solo por tener un espacio con nosotros. Es una gran oportunidad que abrirá las puertas a la inversión, a la economía de la capital, del país y también oportunidades laborales”, agregó.

También añadió que la ejecución del proyecto estaría programada para el 2025. En este año ya será posible observar los avances respectivos.

Mientras tanto, la seguridad de estos predios estará a cargo del equipo especializado con el que cuenta este aeropuerto de Quito, considerado por los World Airport Awards 2022 como el segundo mejor en América Latina.

Según informó Bastidas, este espacio verde es monitoreado con cámaras de seguridad, cuenta con cerramiento eléctrico y rejas de metal. Asimismo, la permanencia de guardias es diaria y en turnos rotativos.

“El incremento de vuelos comerciales e internacionales, de tránsito de pasajeros y la recuperación de nuestra operatividad casi al 100 % nos ayudan a que vean que somos un espacio apto para invertir. Seguimos avanzando para mostrarle al mundo lo que tenemos y de lo que somos capaces”.

Hasta septiembre de 2022 recibieron 3’137.503 viajeros y para diciembre se pronostica llegar a los cuatro millones, cuando en 2021 solamente accedieron a esta parada aérea aproximadamente dos millones y medio.