El miércoles mientras viajaba en un bus a Quevedo, uno de los pasajeros alertó que un usuario tenía espuma en la boca y convulsiones. Enseguida tres personas se acercaron para ayudar al enfermo, mientras se comunicaba al chofer del carro para que llamen a una ambulancia. Cuando llegamos a nuestro destino como 15 o 20 minutos después recién llegó una ambulancia. Me enteré también que hace poco una señora que andaba con una hija sufrió un infarto cardiaco durante otro viaje de Guayaquil a Quevedo en la misma cooperativa y falleció antes de recibir atención médica. Los conductores y oficiales de estos microbuses deben recibir cursos sobre primeros auxilios.

Lic. Jhonny Muñoz L.