Hasta dentro de ocho días no se sabrá si la decisión del juez de Manglaralto de conceder libertad al exvicepresidente Jorge Glas se mantiene o si se le vuelve a encarcelar. La revisión del polémico habeas corpus viene precedida por la revelación de un vídeo en el que se muestra una gestión aún más polémica de cuando Glas era la máxima autoridad de los sectores estratégicos durante el Gobierno de Rafael Correa.

Aunque se juega su regreso a prisión, ni Glas ni Nicole Malavé, la militante que juntó las piezas para el habeas corpus, acudieron a la diligencia en la que un tribunal de la Corte de Santa Elena abordó la apelación del Servicio de Atención Integral (SNAI) y de la Procuraduría. Los representantes de ambas entidades pidieron la nulidad de la resolución del juez y la declaratoria de error inexcusable en el caso.

La audiencia duró alrededor de tres horas. Los jueces concedieron 20 minutos a quienes apelaron y 10 minutos a quienes presentaron el recurso de amicus curiae. Hubo opiniones a favor y en contra. Una veintena de personas acudieron a la sala de audiencias de la Corte.

Pasadas las 09:00 el tribunal escuchó las exposiciones. Malavé había intentado diferir la audiencia, alegando una supuesta enfermedad de su abogado, pero la jueza eludió la estrategia y dijo que no se pueden permitir actos para dilatar la audiencia. El SNAI, a través de su representante, pidió a los jueces declarar la nulidad de lo actuado por el juez Moscoso.

El argumento de que se desconocía el lugar de detención de Glas, fue rebatido por el letrado del SNAI con el peso de la lógica: para la convocatoria de la audiencia de habeas corpus, el exvicepresidente se conectó telemáticamente desde Cotopaxi. No estaba ilocalizable, por tanto.

Pidió que se declare el error inexcusable, que se acepte la apelación total y se deje sin efecto la resolución que dejó libre a Glas.

El procurador Íñigo Salvador requirió que se declare la nulidad de lo actuado desde la calificación de la acción, ya que la Procuraduría debió haber sido citada y notificada para participar en la audiencia y eso no pasó. Dijo que la demanda fue direccionada a un juez saltando todas las normas y precedentes jurisprudenciales. Solicitó que se declare error inexcusable.

Hubo amicus curiae en favor de Glas y de las apelaciones. Abogados cercanos a Glas y otros hablaron de tratos degradantes y crueles, como falta de acceso a atención médica; pero según el Ministerio de Salud, en los cuatro años Glas recibió más de 280 atenciones.

A la par que se desarrolla la audiencia, el portal Código Vidrio publicó dos videos de Glas en los que se revelan sus prácticas políticas oscuras.

Los videos muestran una reunión mantenida el 5 de febrero de 2014 entre el entonces vicepresidente y José Luis Cortázar, director de la Agencia de Regulación y Control Hidrocarburífero. En ese entonces, las elecciones seccionales estaban próximas a realizarse, pero el partido del gobierno perdía Quito, Guayaquil, Cuenca y varias capitales de provincia, entre estas Lago Agrio.

Para captar los votos, Glas ordena a Cortázar dar marcha atrás a las restricciones impuestas por el gobierno de Rafael Correa sobre la venta de combustible y explosivos en la frontera.

Una parte de la conversación es reveladora, pues Cortázar le dice que Rafael Correa le ordenó subir los cupos de venta de combustibles, que en frontera son limitados, para evitar el contrabando a Colombia. Además le dice que elimine las restricciones de la venta de explosivos para la minería.

“Estoy pidiéndote que abran la venta hasta de explosivos para la minería porque estoy perdiendo la Amazonía”.

Con la vista en las elecciones, Glas le pidió a Cortázar anteponer el proyecto político a la legalidad. “Lo que debemos hacer es relajar las reglas hasta después de tres semanas”.

En la segunda parte del video, Código Vidrio pública una conversación en la que Glas le exige a Cortázar que no pida informes a las petroleras privadas a cargo de los consorcios Shushufindi y Pardaservices, y que no deje nada por escrito “porque después de 10 años, con eso van a meter preso al presidente”.

La intranquilidad de Glas se debía a que Cortázar había pedido información a los consorcios, ya que meses antes una comisión estableció que no estaba bien hecho el cálculo para fijar el pago que recibiría el Estado por cada barril de crudo extraído de los campos petroleros Shushufindi-Aguarico y Libertador-Atacapi.

“No quiero de aquí en adelante dar ningún paso sin antes averiguar”, responde Cortázar, quien en el gobierno de Correa fue secretario nacional Anticorrupción, gerente de Comercialización Nacional de Petroecuador, gerente general encargado de Petroamazonas, entre otros cargos.

Glas le pide a Cortázar que entienda que “este es un proyecto político” y que los contratos son parte “de un negocio integral de la Refinería del Pacífico”. “La única manera de sacar la refinería era aceptar que ellos operen unos campos petroleros y pagarles una tarifa. Si no, nunca hacían la refinería. Ya, entonces imagínate que les asustemos a los chinos”.

Este Diario se comunicó con el técnico y con el abogado de Glas. Ninguno de los dos respondió hasta el cierre.