El nombre del ministro de Gobierno de Daniel Noboa es aún un misterio, incluso entre personas cercanas al presidente electo. El misterio es aún mayor por lo poco que se sabe sobre el círculo político y las conexiones personales de Noboa. ¿Quién es su consejero político? ¿Qué persona cercana a él tiene el perfil para el cargo?

Estas interrogantes lo único que ponen en evidencia es el halo de misterio que rodea al próximo presidente. Por el momento, lo único que se sabe es que el nombramiento de un ministro o ministra de Gobierno será una decisión clave dadas las circunstancias políticas en que se va a desenvolver su presidencia y el cortísimo tiempo que durará el mandato.

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En realidad, las circunstancias políticas que van a rodear a la Presidencia de Noboa son muy poco típicas y por eso necesita un ministro de Gobierno capaz de moverse en ellas de forma sólida y ágil. Tendrá una Asamblea donde la primera minoría, que es la correísta, es exactamente la misma que le tocó a Guillermo Lasso, es decir un bloque cuya única agenda fue la de desestabilizar al gobierno y conseguir el control de determinados organismos del Estado para que se conceda la impunidad al expresidente Rafael Correa.

Esa Asamblea, sin embargo, no necesariamente va a funcionar igual a la anterior: el tiempo que durará el próximo gobierno será tan corto que los clásicos acuerdos bajo la mesa en los que se negocian votos a cambio de cuotas no van a tener el mismo sentido que en ocasiones más típicas. Sin embargo, es de esperar que el correísmo quiera utilizar su fuerza para forzar a acuerdos que coincidan con su agenda como es el tema de derrocar a la fiscal, por ejemplo.

Por otro lado, está también la interrogante sobre si Noboa está dispuesto a renunciar a su agenda de la reelección en favor de un gobierno responsable y no populista, porque el tipo de decisiones que deberá tomar para salvar al país de un colapso económico requieren medidas muy poco populares. El déficit fiscal es tan grande que, si se tiene una agenda populista con miras a la reelección, el resultado puede ser catastrófico.

El ministro de Gobierno de Daniel Noboa deberá tener en claro que si su presidente se va a decidir por la opción de la responsabilidad y la del no populismo tendrá que crear acuerdos sociales para salvar la dolarización.

Vistas las cosas así, el próximo ministro de Gobierno debe ser una persona con una experiencia política mucho mayor a la suya, que ya de por sí es particularmente incipiente: apenas ha sido legislador durante menos de dos años. Un político relativamente cercano a Noboa y que mantiene una comunicación casi diaria con él, le dijo a este medio que este ministro deberá tener al menos el doble de edad que él.

¿El motivo? La experiencia. Se necesita que tenga mucha experiencia porque no va a tener el tiempo para aprender, sostiene. Ese ministro deberá ser alguien que tenga en claro que, de entrada, un acuerdo con el correísmo a cambio de impunidad quemará por completo la credibilidad y legitimidad del gobierno.

Si bien es cierto en que los analistas sostienen que el resultado de las elecciones dice que la gente ya no quiere polarización, lo cierto es que cada vez que se ha sospechado o mencionado un acuerdo entre Lasso y el correísmo, la opinión pública se ha incendiado de indignación. Ahora bien, Noboa tiene la posibilidad de tener acercamientos con asambleístas del correísmo donde luego del resultado electoral del domingo, no necesariamente tendrán el mismo compromiso y lealtad con su máximo líder, Rafael Correa.

Esto porque durante su trabajo como asambleísta por Santa Elena forjó algunas amistades con colegas de la Revolución Ciudadana en especial con aquellas que le aceptaron el viaje financiado por él a Rusia, cuando ese país había desatado una invasión criminal a Ucrania. Ahí sobresale el caso de Marcela Holguín quien, con otras compañeras de la Asamblea, estuvieron en su matrimonio.

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El ministro de Gobierno de Noboa, según las fuentes consultadas por este medio, deberá tener el tino y la perspicacia de hacer acercamientos con estos asambleístas sin que eso signifique acuerdos a cambio de impunidad. “El próximo ministro de Gobierno debe lanzar señales al correísmo de que no hay cómo negociar la impunidad”, le dijo a este medio un político cercano al padre del presidente electo, Álvaro Noboa.

En definitiva, el ministro de Gobierno de Noboa debe tener la capacidad de moverse con todos los sectores y persuadirles de la grave situación fiscal que tiene el país. “Alguien como Sylka Sánchez, por ejemplo”, dijo la fuente cercana a Álvaro Noboa que conversó con este medio. Sylka Sánchez era una operadora política de Álvaro Noboa que fue diputada y que trabajó dirigiendo algunas de sus empresas.

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