Cuatro dormitorios, cada uno con baño. Tiene un lounge bar, una piscina, grandes salas, una amplia cocina y un jardín. El terreno es de 1.500 metros cuadrados y la construcción, de 700 metros cuadrados. Todo en una sola planta. De 2009 a 2021 fue la casa de Xavier Jordán, pero cuando decidió venderla a Leandro Norero los caminos de los dos supuestos cabecillas de Metástasis, según la Fiscalía, se juntaron.

Helive Angulo relató, en su testimonio anticipado en la Corte Nacional de Justicia ante el juez del caso, Felipe Córdova, cómo se conocieron su patrón, el narcotraficante Leandro Norero, y el proveedor de insumos médicos a los hospitales del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social. 

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La historia de Norero y Jordán comienza, de acuerdo con el testigo de la Fiscalía, en 2021, con la compra de la famosa casa en la urbanización La Ribera del Batán, en Samborondón, que en 2022 constituiría la primera pista de un vínculo hasta ahora negado por Jordán. En ese entonces, agregó Angulo, Juan Pablo Jaramillo Dávila era chofer del narcotraficante y era supuestamente operador de Jordán.

Jaramillo también había conseguido ser uno de los principales proveedores de los hospitales Teodoro Maldonado Carbo, Los Ceibos y Milagro gracias a los convenios de pago, una forma de contratación a dedo de la que también se benefició el cuñado de Jordán, Luis Jarrín Gonzaga, a quien el testigo identificó como alias Frijolito.

Parte de su relación ya ha sido contada por Diario EXPRESO en decenas de notas publicadas desde 2022. Pero hay detalles de los que solo alguien del interior de la organización delictiva podía tener conocimiento. Angulo relató que Jaramillo le ofreció la casa de Jordán. Pidió 300.000 dólares más del precio, que según Angulo se pagó en efectivo. En los papeles, por supuesto, Norero no iba a figurar como propietario de la vivienda. Su titularidad se iba a camuflar a través de la sociedad anónima Dabolep. 

Angulo dijo que, a nombre de Norero, asistió a reuniones con Byron León, un hombre de confianza de Jordán, quien había acordado poner a su padre, Heraclio León, como representante de Dabolep, “porque decía que al ser un señor de la tercera edad, si nos descubrían, no lo iban a meter preso”, contó.

Con el tiempo, Norero descubrió que se la vendieron con sobreprecio, por lo que “despidió” a su chofer y lo amenazó, pero al final terminaron limando asperezas mientras Jordán se hacía más amigo del narcotraficante. Las conversaciones entre los dos siempre fueron por la aplicación Threema. Jordán había salido del país en 2020 y no podía volver porque era buscado por la justicia por la trama de corrupción de los hospitales, que estalló en pandemia de COVID-19. El testigo reconoció que Jordán usaba los códigos Ravioli, Marido y Daddy Yankee.

Antes de que Norero fuera arrestado, el vínculo de los dos se estrechó más, al punto de que adquirieron otros bienes juntos, como un yate valorado en un millón de dólares, una propiedad vía a la costa, otra casa en Salinas.

Con la captura de Norero y al intentar financiar una empresa criminal para librarse del proceso por lavado, el narcotraficante necesitaba dinero y alguien que haga giros desde Estados Unidos sin ser detectado. Según Angulo, esa persona era Byron León, un financista que tenía negocios millonarios. A través de él, el narcotraficante pudo ingresar al país 250.000 dólares, que eran destinados para el pago de sobornos a jueces, fiscales, peritos, policías y más.

Parte de lo relatado por el testigo de la Fiscalía General del Estado confirma lo publicado por Diario EXPRESO y el uso de la empresa Dabolep para camuflar el traspaso de dicha casa en La Ribera del Batán, en Samborondón, de las manos de Xavier Jordán a las de Leandro Norero. Incluso hizo mención a la supuesta participación de un ciudadano canadiense que aún figura como gerente de Dabolep, pese a registrarse su fallecimiento en el año 2021.

La frase

"(León) Decía que al ser (su padre) un señor de la tercera edad no lo iban a meter preso", Helive Angulo, testigo y abogado de Norero.

El detalle

Metástasis. La causa es por presunta delincuencia organizada y son investigadas 52 personas, entre ellas Wilman Terán y otros.

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