Distracción. Turistas nacionales y extranjeros disfrutan de la gastronomía que ofrece Playa Paraíso.

Playa Paraiso apuesta por el desarrollo turistico

Néstor Mendoza Playas

El turismo es un medio de desarrollo sostenible para los pueblos, pues genera beneficios económicos de manera directa e indirecta, revalorizando la identidad cultural y conservando su entorno ambiental.

Este concepto lo tiene muy claro Fernando Garcés, representante de una familia emprendedora que hace 18 meses comenzó a dar forma a un sueño que ahora está plasmado en una gran infraestructura hotelera cinco estrellas a orillas del mar, en el kilómetro 5,5 de la vía a Data de Villamil, que supera la oferta del medio local.

Se trata de un sitio ideal que busca un turismo masivo que aún Playas no logra, pese a su cercanía con las grandes ciudades, ofreciendo satisfacciones diferentes al turista. Su infraestructura está levantada con ideas de muchos países, como Cuba, España, EE. UU., Brasil y otros, para tener la mejor oferta de la zona, dice Garcés.

Pero eso no es todo, pues el proyecto integra a la comunidad con cuatro objetivos.

El primero está dirigido a capacitar y contratar a gente de la zona, elevando su nivel profesional, para que estén a la altura de muchos destinos internacionales.

Además, revalorizar e innovar la gastronomía local con nuevas recetas y presentaciones y ofrecer comida de primer nivel, conservando la esencia tradicional, con productos como la concha, el cangrejo, la ostra, lenguado, calamar y hasta la merluza, sin olvidarse de los otros mariscos que no están siendo debidamente explotados.

Para este objetivo se cuenta con los proveedores locales, sin intermediarios y el apoyo de Tomás López, de la Asociación de Chefs del Guayas.

Se trabaja con empresas enfocadas en la limpieza de las playas, como Mi Playa Limpia, que lidera Paula Icaza. La ONG tiene un museo en el hotel con materiales reciclables.

El último objetivo es desarrollar emprendimientos y capacitaciones en deportes marinos con profesionales en el área, en las dos piscinas del hotel, además de clases de surf en el mar. “Es un proyecto de vender vivencias, que también es turismo, donde se da trabajo, se desarrollan emprendimientos, capacitaciones, y se reactiva la economía con prioridad para los locales”, resalta García.

María Isabel Magallanes, de Puná, y Pedro Morales, de El Morro, se sienten contentos de que este proyecto, pese a ser privado, los haya considerado para comprar sus productos a la comunidad. Trabajarán mancomunadamente en la promoción de sus destinos turísticos. Es decir que entre Playa Paraíso y la comunidad existe un enlace de promoción.

En julio pasado, Playa Paraíso realizó el primer festival de la ostra y otros mariscos, con la participación de chefs locales y nacionales y la presentación de platos innovadores.