Una alerta sobre el hallazgo de un cadáver metido en una caja, embalado y flotando sobre la ría Guayas, a 1 kilómetro de la isla Santay, movilizó a más de una docena de uniformados, entre estos agentes de Crimianlística, Medicina (Policía Nacional), Infantería de Marina (Armada del Ecuador) y de la División Fluvial del cuerpo de Bomberos de Guayaquil.

El hallazgo lo realizó un pescador que llamó cerca de las 19:30 al Sistema Integrado de Seguridad ECU-911. De inmediato se realizó un operativo de búsqueda y recuperación del cuerpo por parte de los bomberos y los militares.

Pero al llegar al sitio y constatar la novedad se encontraron que el cuerpo pertenecía a un perro que había sido embalado, metido en una caja y posteriormente lanzado hasta el río.

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Aún sin conocer la novedad agentes de Criminalística y de Medicina Legal avanzaron hasta el muelle de la Caraguay, donde se tenía previsto la llegada del cadáver realizar el respectivo levantamiento legal. Sin embargo, al conocer que el muerto era un perro y no un humano se retiraron del lugar, no sin antes reírse por lo ocurrido y bromearse entre ellos.

Preliminarmente se conoció que el can fallecido y embalado fue dejado en la orilla del río cerca del lugar donde fue encontrado.