La pena de muerte existe en Ecuador

El Ecuador de la constitución garantista, esa que “prioriza” los derechos de los niños que en la realidad son abusados sexualmente en el colegio, hogar, etc.; o son narcodependientes desde temprana edad, a vista y paciencia de las autoridades. Esa constitución llena de proclamas del buen vivir, se irrespeta, haciendo la realidad ecuatoriana una paradoja.

Según la Unicef, en Ecuador 2 de cada 10 mujeres han sido abusadas sexualmente. Aproximadamente mil casos de delitos sexuales registra el Ministerio de Educación en el período 2014 al 2018. En el 2018 los casos de abuso sexual a menores se incrementaron en un 55%, según informe de Aampetra.

Desde la aprobación de la tabla de tenencia y consumo mínimo de drogas, el microtráfico se incrementó exponencialmente, contaminando incluso a estudiantes en edad escolar, convertidos en presa fácil de la narcodelincuencia, reclutándolos para distribuir la droga dentro de sus escuelas.

El abuso sexual y la droga matan el alma y el cuerpo del tejido social, a vista y paciencia de un Estado ineficaz e ineficiente en proteger a los ciudadanos y sus familias. El “garantismo” constitucional juega a favor del delincuente, en perjuicio del ciudadano honesto y del policía que hiere o mata al maleante en defensa del ciudadano y es apresado por cumplir su deber.

Al referirse al delincuente se menciona solo sus iniciales, le protegen el rostro, mientras el denunciante debe dar sus nombres completos y muchas veces su rostro es expuesto. El ciudadano honesto, al ser impedido de portar armas, fue convertido en presa fácil del delincuente que asalta a mano armada.

En el Ecuador en el período 2017 a 2018 hubo 1.342 homicidios, la mayoría por ajustes de cuentas. El incremento de muertes violentas al interior de cárceles ecuatorianas, se ha tornado incontrolable.

Queda claro que en el Ecuador la pena de muerte, paradójicamente existe, en manos de la delincuencia, y de una u otra manera los responsables son los politiqueros populistas, que como Judas vendieron la seguridad y la vida del ciudadano honesto a cambio de unos cuantos votos.