El contexto. Guillermo Rodríguez casi no aparece en medios. Desde que inició su gestión visita los centros carcelarios del país. Garantiza que se está retomando el control de las cárceles. La inteligencia penitenciaria dice que permitió reducir el riesgo de que los motines se vuelvan masacres. Líderes de bandas fueron reubicados.

La semana pasada, en los centros carcelarios del país se registraron incidentes que no degeneraron en las nueve masacres previas. Guillermo Rodríguez, director del SNAI, explica la situación del sistema.

- ¿Cuál es la situación al momento en las cárceles?

- No hemos registrado novedades, salvo el incidente en el CAI de Guayaquil, donde habían limado unos barrotes y salieron cuatro adolescentes, entre ellos quien estaba vinculado con el asesinato del fiscal. Se coordinó con Fiscalía, inteligencia policial, con personal preventivo y se tuvo la recaptura de tres. Se tomó acciones para evitar que se repitan estos hechos.

- ¿Ya hay evaluación y acciones para evitar motines que degeneran en masacres?

- Hay un diagnóstico y mapeo de los centros en los que mayor probabilidad existe de incidentes, su impacto y su probabilidad. Estamos desarrollando acciones y dispositivos para ejercer el control a través de requisas, rotación de personal y fortaleciendo las capacidades. Recordemos que a final de este mes se van a graduar cerca de 1.379 agentes, entre ellos 100 inspectores que irán a los CAI. Así podremos tener algo más de control y darle más sostenibilidad a un modelo de gestión que se implemente en diferentes centros.

- ¿Hay ya el control de la Penitenciaría?

- Estamos focalizando la intervención, se hizo un traslado de personal, una rotación y estamos recuperando dos pabellones para mejorar el hábitat y que en ellos podamos generar los cambios.

- En la escala del 1 al 10, ¿cuál es el control del Estado?

- El Estado tiene el control. Existen perímetros, por la ausencia de agentes que ha impedido que se llegue al ejercicio de cerrar las celdas, pero en los pabellones se tiene control, se cierran las puertas.

- ¿En Guayas, las bandas tienen las llaves de celdas y pabellones por falta de personal?

- La vulnerabilidad puede darse por ello y también por el acceso a armas que tenían en el interior. En la última requisa utilizamos tecnología con medidores de densidad para ampliar ese nivel de resultados. En lo que va del año, en la Penitenciaría se decomisaron 24 armas de fuego; 257 cortopunzantes, 2.354 municiones y 306 celulares. La mayoría de ese material se decomisó en el último operativo, en donde a pesar de la resistencia lograron reducir y cumplir con la misión. Tuvimos 15 heridos.

- ¿Cómo frenarán el ingreso libre de material que involucra a agentes, policías, militares?

- Estamos haciendo un trabajo de las unidades de inteligencia para identificar lugares, protocolos y procedimientos que no se están cumpliendo, pero también donde se puede vulnerar la seguridad. 

- ¿Se cayó un proceso por un boicot interno, fallas o qué?

- Se cae porque una empresa hace casi un mes había presentado un documento falsificado. Se pidió que el tema se judicialice.

- Redujeron el riesgo que los incidentes degeneren en masacres. ¿Eso es por inteligencia penitenciaria?

- La activación de las capacidades que se desarrollan, que desde el director y los demás directores se empoderen, eso se llama seguridad dinámica, ir conociendo la realidad desde adentro para tomar decisiones. Siempre habrá riesgo.

- ¿Tienen ubicados a los cabecillas de las bandas?

- Lo hicimos el día que se intervino el pabellón dos y al segundo día cuando hubo esa resistencia, igual los cabecillas fueron trasladados a la Roca.

- Las imágenes de reos en el piso fueron criticadas...

- Pero por qué criticadas. Cómo se somete si tiene menos personal uniformado, hay que hacer uso progresivo de la fuerza, cómo se somete a una población que sobrepasa en cantidad. Está el uso progresivo de la fuerza, son procedimientos, protocolos, manos atrás, esposados, o de rodillas en el piso. Si no cómo les vas a poner que estén parados frente a ti una masa de 100 o 500 que hace un momento te estaban disparando y que frente a policías y militares es un procedimiento que reduce las capacidades, pero evita tener un mal mayor.