La normalidad en el Centro Histórico de la capital no cambió con las actividades programadas para la posesión del alcalde Pabel Muñoz.

Al ser domingo, las calles del casco colonial estuvieron peatonizadas. Funcionarios públicos, familiares, asesores, invitados, periodistas y agentes de la Policía Nacional y Metropolitana lucieron atuendos formales y se mezclaron entre la ciudadanía y los comerciantes informales, quienes son la gráfica permanente en este sector de la urbe, para dirigirse hacia el Teatro Nacional Sucre, en la Plaza del Teatro.

En las afueras del lugar, la nueva administración municipal colocó alrededor de 200 sillas plásticas y una pantalla gigante para que la ciudadanía pueda ser parte de la posesión oficial del burgomaestre.

Los agentes municipales cerraron el paso en los accesos al teatro con vallas azules. Lo mismo hicieron en la calle Flores, lo cual generó malestar entre sus ocupantes permanentes, como las trabajadoras sexuales, comerciantes y lustrabotas que se ubican en la esquina de la Manabí y Flores.

Luis Caicedo, quien se gana la vida limpiando zapatos, indicó que cada vez que se realiza un evento político en la plaza o en el Teatro, siempre se restringe el paso a quienes son parte del lugar. “Los domingos es cuando más clientes hay, para todos, pero si nos cierran el paso y no nos dejan trabajar, de qué cambio positivo para la ciudad y los quiteños hablamos”.

Aproximadamente una hora antes de que se inicie el evento formal, Santiago Aguilar, nuevo secretario de Comunicación, se paseaba por el lugar ultimando detalles. El funcionario, que vistió un traje gris, indicó que estaba previsto que todos los eventos inicien a la hora indicada y que al término de la posesión se realizaría un cóctel privado.

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La familia Tenorio llegó desde la Loma de Puengasi para presenciar la posesión de Muñoz. Marianela Briones indicó que tiene mucha esperanza de que la ciudad mejore y las fuentes de trabajo crezcan. Agregó que durante la campaña su casa fue una especie de sede. “Vinimos a respaldar a nuestro alcalde, que sepa que estamos aquí y que esperamos que no se olvide de atender los sectores que le dimos nuestro respaldo”.

Cerca de las 17:50, Muñoz, luciendo una camisa blanca, corbata roja y un traje azul con una escarapela del escudo de la ciudad que dirigirá por los siguientes cuatro años, llegó a la sala de sesiones del Concejo Metropolitano, donde fue recibido por su ahora antecesor, Santiago Guarderas. De manos del ahora exalcalde recibió el denominado bastón de mando. “La democracia es para reconocer que quienes pensamos distinto somos adversarios, pero jamás enemigos... Nunca me verán a mí ‘resetear’ lo que esté bien hecho. El país ya tiene una experiencia de lo que es plantearse un proyecto en negativo”, dijo el alcalde Muñoz, quien puntualizó que no realizará una fiscalización que pretenda ser un ajuste de cuentas. “Quiero decirles que solo vengo a cumplir lo que ofrecí en urnas. Vengo a respaldar y dar cara al apoyo ciudadano”.

Luego de este breve evento, el primer edil capitalino salió de la sala de sesiones del Concejo Metropolitano, acompañado de su esposa, al balcón del edificio municipal, para saludar a las personas que permanecieron en la Plaza Grande.

Minutos después, el burgomaestre, junto a su familia, asesores y nuevos titulares de las secretarias municipales, caminó por las calles Venezuela, Olmedo y Guayaquil hasta el Teatro Nacional Sucre, donde se desarrolló la ceremonia oficial de asunción del cargo.

En los exteriores del Teatro, la prefecta reelecta de Pichincha, Paola Pabón, también de las filas de la Revolución Ciudadana, y otros representantes del correísmo esperaron la llegada del alcalde. Durante su trayecto, Muñoz recibió el respaldo de los ciudadanos, a través de consignas, pancartas y aplausos.