El Informe Mundial sobre la Trata de Personas señala que en América del Sur los patrones confirman una tendencia mundial: el 69 % de víctimas son mujeres. En tanto que el porcentaje de hombres asciende al 25 %. Un 5 % de víctimas de ese delito son niñas y el 1 % corresponde a niños.

Los fines más comunes de la trata son la explotación sexual y laboral, señala el informe, con el 64 y el 35 %, en ese orden.

Según la Organización de Naciones Unidas (ONU), el 97 % de las víctimas de ese delito proceden de la región. Los tratantes, en su mayoría hombres, también son suramericanos.

En ese contexto, la Organización de Estados Americanos (OEA) lleva adelante un proyecto denominado ‘Aliados contra la trata’. A través de dos cines foro en los que participaron más de 400 jóvenes de las ciudades de Quito e Ibarra, la OEA, por medio del Departamento de Seguridad Pública, reforzó su programa. Se proyectó ‘Se trata de Silvia y Juana’, la historia de dos jóvenes que fueron engañadas y seducidas para ser víctimas de este crimen.

En el proyecto también intervienen el Ministerio del Interior y entidades de los municipios de Quito e Ibarra. La iniciativa apunta a informar y alertar sobre la gravedad del delito. El Código Orgánico Integral Penal (COIP) sanciona con entre 13 y 26 años de cárcel a quien lo cometa.

Hay al menos ocho modalidades de la trata, entre ellas la adopción ilegal de menores, la mendicidad o el reclutamiento forzoso para conflictos armados, entre otros.