La decisión llevaba tiempo en estudio y se tomó, según los detractores del alcalde Jorge Yunda, en el peor momento posible. El viernes 27 de noviembre de 2020, el Concejo Metropolitano de Quito aprobó que el pasaje de transporte urbano suba de 25 centavos a 35 centavos.

La medida, sin embargo, no entrará en vigencia de inmediato. El alcalde Yunda precisó que en este momento es imposible fijar un aumento porque la decisión tiene un componente social y de mejora del servicio. En 60 días, precisó, los propietarios de los buses tendrán que cambiar varias características antes de poder cobrar más por sus servicios. Tendrán que optimizar la comodidad y seguridad de las unidades, además de brindar mejor calidad en su atención directa con los usuarios.

Otro compromiso será que el transporte urbano llegue a sectores más populares. Hay barrios que no cuentan con el servicio y si se habla de un aumento de tarifa se tendrá que cubrir esas zonas.

“Los más pobres, los que no tienen acceso a un transporte público que llegue a La Ferroviaria, La Argelia o a La Roldós” necesitan el servicio, dijo Jorge Yunda.

Los concejales que se oponen a la administración del alcalde señalaron, sin embargo, que en dos meses no cambiará drásticamente la realidad de la ciudad. La economía no será mejor a finales de enero del próximo año.

Además, sostienen, no hubo una correcta planificación para fijar la tarifa. Concejales como Fernando Morales aseguran que no existe un parámetro técnico serio.

Según el Municipio, “la ordenanza determina un nuevo modelo de gestión en el que no se le paga al operador por cantidad de pasajeros transportados sino por los parámetros de calidad que cumpla”.