Un incendio en una empresa recicladora de aceites fue reportado en la tarde de este jueves 29 de febrero en el kilómetro 33 de la vía a Daule, al norte de la ciudad de Guayaquil.

La alarma ingresó al servicio de emergencias ECU-911 a las 17:30 de este jueves. Esto provocó que unidades del cuerpo de bomberos de varias localidades cercanas, como Nobol y Colimes, acudieran al sitio para extinguir el fuego que, según testigos, causó temor en una comunidad cercana conocida como Colisa.

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La llama que salía del interior de la industria, acorde a imágenes difundidas en redes sociales y a testimonios de los residentes de Colisa, se levantaba por más de tres metros sobre la edificación. A esto, también se le sumaba la columna de humo que contaminó todo el sector.

Este asentamiento, de 38 viviendas y más de 40 familias, se ubica en la parte posterior de la empresa que resultó afectada en el incendio. Sin embargo, para acceder a esta última, un camino de segundo orden, de aproximadamente 300 metros es el que conduce hasta allí.

“Nos salimos de las casas totalmente asustados porque primero se fue la luz, luego escuchamos una explosión súper fuerte y de ahí el humo empezó a entrar a las casas”, dijo Maritza Loor, una de las vecinas de Colisa.

Ella mencionó que la humareda afectó a los niños, jóvenes y adultos que residen allí ya que tuvieron que caminar un tramo “largo” para evacuar la zona afectada. “Atendieron a las personas mayores porque parecía que se estaban asfixiando”, dijo la mujer.

Además, ella mencionó que en el sitio hay muchas personas con discapacidad y movilidad reducida por lo que temieron porque alguno de ellos, debido a sus condiciones, también resultarán con alguna afección respiratoria por el humo.

No obstante, dijo que no serían los únicos que fueron atendidos por los paramédicos de los diferentes cuerpos de bomberos. “Yo vi que atendieron a cuatro personas de la empresa. De hecho, uno de ellos parecía que estaba quemado”, mencionó Maritza.

Por otra parte, Karen Vargas, madre de familia del mismo sector, contó que no sería el primer incidente de este tipo en aquella industria. “Hubo uno hace tiempo, pero no fue de esta magnitud. En esta ocasión parecía que ya nos quemábamos con ese fuego. Mi casa colinda con una pared”, refirió la mujer todavía asustada.

Esta alerta recordó entre los habitantes de Colisa que el olor durante las horas de trabajo de esta industria es “insoportable”. Karen también dijo que, a pesar de que las ventanas se cierren o los aires acondicionados se enciendan, el olor ingresa a los hogares y no los deja ni dormir.

“Los turnos son rotativos y cuando trabajan en la noche no hay cómo conciliar el sueño. Nosotros lo que respiramos es contaminación”, dijo. A esto, Maritza le sumó que todos los enseres de los hogares están “manchados”: “si se pasa un dedo por cualquier objeto, uno siente el aceite clarito”, dijo.

Finalmente, ellos esperan que la empresa tome medidas de seguridad ya que aseguran que, al llegar uno de los primeros equipos de bomberos, intentaron sacar agua de las cisternas del establecimiento pero esta se encontraba vacía.

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