Deseaba referirme al significado de la Navidad, al verdadero sentido del mensaje cristiano de paz, amor, alegría, comprensión, misericordia, de perdón y olvido, a la conveniencia de un reencuentro de la familia ecuatoriana radicalmente dividida después del último gobierno. Pensaba compartir las reflexiones del notable novelista inglés Charles Dickens, en su obra Cuento de Navidad, que hace notar que la Navidad nos concentra en placeres gastronómicos, en demostrar generosidad con regalos. Actualmente, lejos de regalar afectos, de disfrutar reuniones familiares, entre amigos, en un ambiente solaz y sencillo alrededor de un árbol y un pesebre, nos angustiamos buscando con palpitaciones aceleradas qué regalar, asumiendo sacrificios económicos, deudas futuras, seducidos por una propaganda consumista que nos impone gastar.

Quería reír de buena gana con aquella parodia circulando en redes sociales, de un Papá Noel vestido con traje de Adán, asaltado y sin ropa, víctima de la inseguridad, pero en estos días se han hecho, aparte de las múltiples que existen, denuncias concretas de corrupción que no se pueden soslayar. El presidente Lenín Moreno con ocasión de su viaje a Italia, el Vaticano y España, expresó: “quien ama a la patria no se la roba”, espeluznado con la excesiva corrupción de la década pasada.

En un conversatorio en Guayaquil el coordinador de la Comisión Nacional Anticorrupción afirmó que de acuerdo a cálculos hechos por ellos, entre coimas y sobreprecios, el monto de perjuicio al país asciende a unos treinta y cinco mil millones de dólares. En ese mismo evento el presidente de la Cámara de Construcción señaló que los precios por metro cuadrado de construcción en hospitales, plataforma financiera, son de alrededor del doble de sus costos normales. Si a eso se agrega la declaración del exsecretario de Asesoría Jurídica de la Presidencia sobre una obra exagerada en volumen y costo, como el poliducto Pascuales-Cuenca, hay elementos suficientes para que Contraloría, Fiscalía, realicen la más detenida indagación para comprobar tan graves acusaciones.