La vieja máxima de Martín Fierro según la cual olvidarse de las malas cosas también es tener buena memoria, parece haberse instalado en el país político luego del juicio a Carlos Pólit en Miami. Ahora, nadie parece acordarse de él y si se les preguntan si lo conocieron dicen que no. 

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El caso más patético de amnesia selectiva es la de Rafael Correa quien salió a decir en su cuenta de Twitter que cuando a Pólit se lo eligió contralor por primera vez, en 2007, él no sabía quién era el personaje de marras. 

En un tuit, Correa dijo que simplemente escogió al primero de la terna que le envió en Congreso, como se acostumbraba a hacer entonces. Que no lo haya conocido personalmente es perfectamente posible, pero pretender que no sabía quién era Pólit en ese momento es tomar por estúpidos a quienes lo leen. 

Cuando Pólit fue escogido por el Congreso como el primero de la terna, era un personaje ampliamente conocido, pues había sido una de las fichas más cercanas al expresidente Lucio Gutiérrez, poco años antes.

Pólit fue, primero, secretario de la Administración de Gutiérrez y luego secretario de la Presidencia. Que una persona que estaba imbuido en la política en ese momento, como Correa, no haya sabido quién era Pólit suena a ciencia ficción. 

Aún más difícil creerle a Correa, si se toma en cuenta que su decisión de escogerlo de la terna fue parte de un acuerdo con Sociedad Patriótica, el partido de Gutiérrez, para que los 24 diputados que tenía en el Congreso voten a favor de la convocatoria a una Asamblea Constituyente que tendría lugar en Montecristi a cambio de que proteja a los funcionarios del gobierno de Gutiérrez desde la Contraloría.

El acuerdo se fraguó a inicios del 2007. El día en que Correa regresaba al Ecuador tras asistir en Nicaragua a la posesión de Daniel Ortega, lo esperaba en el aeropuerto su ministro de Gobierno y factótum del ensamblaje de la Constituyente, Gustavo Larrea, quien le contó que ya tenía los votos de Sociedad Patriótica.

Ese movimiento se separó en este tema del Prian de Álvaro Noboa y del PSC que no querían la Constituyente sino una reforma constitucional en el Congreso. Gutiérrez, entonces, hizo que su partido vote a favor de la convocatoria a la Constituyente con otras bancadas más pequeñas, entre las que estaba la de la Izquierda Democrática. A los pocos días, Correa posesionó a Pólit como contralor. En ese cargo estaría diez años: exactamente los mismos en los que Correa estuvo en el poder.

En los corrillos políticos de entonces se comentaba entonces que Pólit también había tenido acercamientos con los cuadros de Alianza PAIS y que su propuesta era más o menos así: si me eligen, yo los ayudo. En todo caso así fue durante 10 años.

Muy poco después de su posesión, Pólit le haría uno de los primeros grandes favores a Correa: desvanecerle una glosa que tenía porque en el Ministerio de Educación había sido acusado en 1992 de haber cobrado un sueldo de 1.300 dólares mensuales durante un año sin haber trabajado en un proyecto financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo. La glosa era de 3.285 dólares de la época y era en contra de Correa y de un director de obras del proyecto.

El 3 de diciembre del 2007, Correa fue invitado por Pólit a una ceremonia en la Contraloría y ahí atacó a los auditores que le habían glosado acusándolos de haberlo perseguido por años. Once meses después, en noviembre del 2008, Pólit ordenó que se desvaneciera la glosa en contra de Correa y su compañero.

Las relaciones entre Correa y Pólit siguieron siendo excelentes. En los informes de labores de la entonces asesora del presidente, Pamela Martínez y que aparecen en Código Vidrio, se leen anotaciones que ponen en evidencia la clase de vínculo que hubo entre ellos.

En una nota del 20 de mayo de 2011 se lee: “Contralor: pide al SP (Señor Presidente) que se le otorgue 15 minutos al mes para mantenerlo informado de varios temas en la ciudad y en lugar que el presidente disponga y ratifica su lealtad”. 

En otras, se observa cómo Martínez anotaba las solicitudes del entonces contralor para que Correa de nombres para puestos claves en la Contraloría. “El contralor solicita que el señor presidente le de los nombres para estos cargos, meses atrás Irina Cabezas recomendó 150 personas que no han resultado tan competentes ni leales al gobierno”, decía una. 

En otra anotación, Pamela Martínez decía que Pólit necesitaba con urgencia que el entonces presidente le entregue el nombre para el nuevo director de la contraloría en Manabí. Y así, muchos.

Hacerse el desmemoriado a estas alturas no le queda bien a Correa.

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