Trump intensifica su política migratoria: deportaciones en ciudades santuario

La política migratoria de Donald Trump vuelve a estar en el centro del debate nacional. En un mensaje emitido desde su red social Truth Social, Trump ordenó ejecutar lo que calificó como “el mayor programa de deportaciones masivas en la historia de Estados Unidos”. Su objetivo: ampliar las detenciones y expulsiones de migrantes indocumentados, especialmente en las conocidas ciudades santuario como Nueva York, Los Ángeles y Chicago.

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Trump llamó a las agencias federales, incluyendo el ICE y la DEA, a utilizar todos los recursos disponibles para intensificar los operativos de detención y deportación. Aseguró que los esfuerzos se enfocarán en grandes urbes donde, según sus declaraciones, residen “millones de foráneos ilegales”.

Las ciudades santuario, que históricamente han limitado su cooperación con las autoridades migratorias federales, han sido el blanco directo de esta orden. Estas zonas han defendido su autonomía legal para proteger a los migrantes y han sido escenario de crecientes tensiones entre gobiernos estatales y federales.

Reacciones divididas y protestas crecientes

La orden ejecutiva llega en un contexto social agitado. El movimiento “No a los reyes” movilizó a miles de personas el 14 de junio en varias ciudades del país, protestando contra las políticas migratorias del expresidente y en defensa de los derechos de los migrantes.

Durante estas manifestaciones mayormente pacíficas se registró un tiroteo mortal en Salt Lake City, Utah, mientras que en Los Ángeles y Portland las protestas terminaron con gas lacrimógeno y enfrentamientos con la policía.

Consecuencias económicas y tensiones internas

Aunque Trump ha insistido en que las deportaciones buscan eliminar a “criminales”, diversas industrias como la agrícola, hotelera y de procesamiento de alimentos ya han reportado dificultades ante la pérdida de mano de obra migrante. De hecho, la propia administración habría dado indicaciones de frenar redadas en estos sectores un día antes de emitir la nueva orden, según informes de Reuters.

La nueva ofensiva migratoria de Trump intensifica la polarización en EE. UU., reavivando el debate sobre los derechos humanos, la autonomía local y el papel de los migrantes en la economía nacional. Mientras el expresidente busca reafirmar su postura ante una posible candidatura presidencial, las protestas y el rechazo en varios sectores muestran que el país sigue profundamente dividido frente a la cuestión migratoria.

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