Los maestros de zonas urbanas bolivianas cumplieron este miércoles 29 de marzo el segundo día de una huelga de hambre nacional y ratificaron que pararán el jueves 30 y viernes31 d emarzo por reivindicaciones como un mayor presupuesto para educación y el cambio del nuevo contenido educativo.

Las huelgas de hambre se cumplen en ciudades como La Paz, Cochabamba, Santa Cruz, las mayores del país, y en esta jornada también se sumaron docentes de las regiones de Potosí y Tarija, entre otras.

A la par de esa medida, los maestros confirmaron su huelga nacional de 48 horas para este jueves y viernes al no haber recibido respuesta del Ministerio de Educación a una "contrapropuesta" que enviaron hace unos días, dijo a los medios un dirigente de la Confederación de Trabajadores de Educación Urbana de Bolivia (Cteub), Patricio Molina.

"Estos paros van a ir acompañados de bloqueos de carreteras, cierre de fronteras y movilizaciones en las ciudades y apegado a ello, las huelgas que ya se han instalado en todas las federaciones", señaló Molina.

El dirigente sostuvo que los maestros han "demostrado en todos los escenarios" la carencia de ítems de educación y de horas para cubrir el "déficit histórico" y que "la reforma a la malla curricular ha sido de manera improvisada e irresponsable".

Los profesores están movilizados desde hace cuatro semanas, inicialmente con protestas callejeras en La Paz y el pasado viernes ya cumplieron una huelga de 24 horas.

El sector exige al Gobierno de Luis Arce mayor presupuesto para la educación, más ítems para los docentes y rechazan el nuevo plan de estudios al considerar que está "ideologizado" porque promueve la "ideología de género" y la visión política del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS).

Además cuestionan la creación de nuevas asignaturas como robótica que no tienen una carga horaria separada, ni tampoco recursos o docentes capacitados para dar esas materias. El fin de semana, el ministro de Educación, Edgar Pary, calificó de políticas las protestas de los maestros y sostuvo que el diálogo es el instrumento para solucionar los problemas.

Los docentes han negado que sus reclamos sean políticos y piden al Gobierno de Bolivia un diálogo que no sea una charla "entre sordos", sino una conversación con propuestas, tras las diversas negociaciones previas fallidas.