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Agricultor. Takuya Haraguchi, de 25 años de edad, cuidando sus kiwisAFP

Kiwis para revivir a Fukushima

En el año 2011 una lluvia radioactiva obligó a los 11.000 habitantes de Okuma a abandonar sus hogares

A pocos kilómetros del lugar del accidente nuclear de Fukushima, Takuya Haraguchi cuida sus cultivos de kiwis bajo un sol de primavera, una manera de dar nueva vida a esta zona afectada por la catástrofe.

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El joven agricultor tenía 11 años cuando ocurrió el terremoto más poderoso de la historia de Japón, seguido de un tsunami que dejó 18.500 muertos o desaparecidos. La masa de agua golpeó luego la central nuclear de Fukushima, en la costa noreste del país, provocando una devastadora fusión nuclear.

Takuya Haraguchi, que vivía en Osaka, a 800 kilómetros de la zona del desastre, temió entonces que la radiación hiciera inhabitable todo el país. Ahora, a sus 25 años, este nuevo residente del municipio de Okuma cree en el futuro de la región.

“Todo el mundo ha oído hablar del accidente nuclear. Pero poca gente conoce esta región y los esfuerzos que se hacen para salir adelante”, dice a AFP el joven de piel bronceada a causa de su trabajo en el campo.

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Al cultivar kiwis aquí, me gustaría que la gente se interesara (...) y descubriera qué es realmente Fukushima hoy”, agrega. Antes del accidente, la región era famosa por sus peras y melocotones. Pero el desastre nuclear arrasó con todo.

los productos de Fukushima son seguros.

Más de una década después, y tras grandes operaciones de descontaminación, incluida la eliminación completa de la capa superior del suelo agrícola, las autoridades aseguran que los productos de Fukushima son seguros.

El año pasado, se vendieron melocotones de esta región en la prestigiosa tienda Harrods de Londres. Y en Japón, algunos consumidores apoyan a los agricultores locales comprando sus productos.

“Su seguridad ha sido probada. Creo que es importante cultivar aquí”, dice Haraguchi, que lleva un sombrero con un kiwi estampado.

Takuya Haraguchi estudió informática en la universidad, pero su verdadero sueño era convertirse en arboricultor.

En 2021, descubrió la ciudad de Okuma durante un evento para estudiantes, donde conoció a gente decidida a devolver la vida a su comunidad reviviendo la cultura del kiwi. Luego lanzó el proyecto ReFruits junto a un socio, también en la veintena.

Ambos tienen 2,5 hectáreas de tierra parcialmente cultivada y esperan cosechar sus primeros kiwis el próximo año. Tras el desastre de marzo de 2011, la lluvia radiactiva obligó a los 11.000 habitantes de Okuma a abandonar sus hogares.

En toda la región de Fukushima, unas 80.000 personas fueron evacuadas y un número equivalente de residentes habría abandonado la región por iniciativa propia, según las autoridades.

Desde que la ciudad volvió a ser habitable en 2019, 1.500 personas se han instalado en Okuma, y más de mil son recién llegados, de los que algunos centenares trabajan en la central eléctrica. 

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