Una nueva reyerta se registra este domingo 9 de abril en la denominada "cárcel de máxima seguridad" de Ilama, departamento de Santa Bárbara, en el occidente de Honduras, luego de que la presidenta del país, Xiomara Castro, anunció una intervención de las cárceles.

La portavoz del Instituto Nacional Penitenciario (INP), Digna Aguilar, confirmó el enfrentamiento y dijo que las autoridades buscan "retomar el control" de la cárcel.

En la cárcel de Ilama se reportan "disparos y amotinamiento" de los reclusos, indicó Aguilar, sin precisar si hay personas muertas o heridas en el interior de la prisión.

Al parecer, el enfrentamiento se da entre reclusos de las pandillas Mara Salvatrucha (MS-13) y Barrio 18 en la cárcel conocida como El Pozo, donde este sábado 8 de abril un amotinamiento dejó un preso fallecido y dos resultados heridos.

El suceso ocurrió minutos después de que la presidenta hondureña anunciará una intervención "dura" de los centros penales tras los enfrentamientos entre pandilleros registrados este sábado en cuatro cárceles que dejaron un muerto y siete heridos.

"Sé del esfuerzo de la Policía y la Secretaría de Seguridad en la disminución de homicidios y corrupción, pero voy a intervenir enérgicamente los Centros Penales", indicó Castro en uno de cinco mensajes divulgados en su cuenta de Twitter.

Aseguró que la "intervención será dura, pero respetuosa de la humanidad de los encausados, sus familiares y defensores. El crimen se combate desde la prevención no solo con el castigo".

"Voy a poner mano dura y orden en las cárceles, hasta transformarlas en Centros Penales de rehabilitación, no en escuelas de crimen y tortura como lo que he heredado", señaló la presidenta Castro.

La gobernante precisó que este lunes anunciará "los nombramientos y las primeras medidas de emergencia. Lo que importa son los resultados".

Los tiroteos, los motines y el decomiso de armas son frecuentes en la cárceles de Honduras, donde además impera la sobrepoblación y el hacinamiento, la falta de instalaciones físicas adecuadas y seguras para el alojamiento de los reclusos, las condiciones de higiene y salubridad son deplorables.