Familiares y representantes institucionales homenajearon este 21 de febrero a cerca de 1.800 personas que murieron represaliadas por la dictadura española del general Franco y fueron enterradas en una fosa común de la ciudad de Sevilla.

Después de más de tres años de trabajos de exhumación, en los que se encontraron 1.786 cadáveres con signos de violencia, los trabajos en el enterramiento de Pico Reja concluyeron finalmente este martes.

Es el cierre de una "herida" que "nunca tuvo que abrirse", lamentaron los parientes de las víctimas, asociaciones memorialistas y representantes de las administraciones locales, provinciales, regionales y estatales.

Familiares y asociaciones antifranquistas se dedican desde hace años a localizar cientos de fosas de este tipo por toda España y proceden a identificar y exhumar los restos de víctimas del régimen militar de Franco, que murió en 1975.

Según algunos estudios, en torno a 30.000 son los fusilados sin identificar que están enterrados en esos lugares, a los que habría que añadir los identificados.

Según los últimos cálculos podrían suponer unas 130.000 personas, de las que 90.000 habrían sido fusilados durante la Guerra Civil (1936-1939) y 40.000 en la posguerra.

Hoy la directora general de Igualdad del Ayuntamiento de Sevilla, Teresa García, denunció "tantos años de represión" y dijo que este acto de reconocimiento es "no es solo una obligación moral, sino un deber político" de las administraciones.

Mientras, el reseñable número de familiares presentes pedía al unísono "verdad, justicia, reparación y no repetición".

Paqui Maqueda, activista por la Memoria Democrática, dijo que el cierre de esta fosa común es "un gran avance" y "una deuda pendiente" con las familias de los represaliados.

En este sentido, lamentó que "muchos familiares" no hayan podido presenciar este momento "histórico" porque hayan fallecido ya, aunque destacó la "emoción" con la que los presentes honraron la memoria de "sus muertos".

Claveles rojos, retratos de los asesinados y banderas de la II República española, contra la que se sublevaron Franco y otros generales en 1936, son los símbolos con los que fue honrada la memoria de las víctimas.

Miguel Guerrero Larios, representante de los familiares, celebró el fin de los trabajos en esta "fosa de horror fascista", agradeció a "todas las personas e instituciones" que han hecho posible estos trabajos.