En un giro trágico para la política rusa, Alexei Navalny, la figura más prominente de la oposición al presidente Vladimir Putin, falleció en prisión este viernes 16 de febrero, según informes del servicio penitenciario. Navalny, de 47 años, cumplía una condena de 19 años por cargos ampliamente considerados como políticos, lo que ha suscitado indignación tanto en Rusia como en el extranjero.

El líder opositor había sido trasladado a una colonia penal en el Ártico a finales del año pasado, una de las cárceles más severas del país. Según el servicio penitenciario del distrito de Yamalo-Nenets, Navalny se sintió mal después de un paseo a pie y perdió la conciencia rápidamente. A pesar de los intentos de resucitación del equipo médico de emergencia, no se pudo salvar su vida. Las causas de su muerte están siendo investigadas.

La noticia ha generado conmoción tanto en Rusia como en el escenario internacional. Kira Yarmysh, portavoz de Navalny, expresó que su equipo no había recibido información oficial sobre la muerte, mientras que Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin, confirmó que Putin había sido informado del fallecimiento.

Mientras se esclarecen las circunstancias de su muerte, la esposa de Navalny, Yulia Navalnaya, manifestó su incredulidad ante la noticia y señaló la responsabilidad que recae sobre Putin y sus aliados en caso de confirmarse. Por su parte, la madre de Navalny, Lyudmila, recordó que su hijo estaba "vivo, sano y feliz" cuando lo vio por última vez.

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Navalny, conocido por sus investigaciones sobre la corrupción en Rusia, había sido encarcelado desde 2021 y enfrentaba una serie de cargos que sus partidarios consideraban políticamente motivados. Desde su arresto, se convirtió en un símbolo de la resistencia contra el régimen de Putin y sus políticas represivas.

Las reacciones a su muerte no se hicieron esperar. Líderes mundiales como el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, expresaron su tristeza y condenaron la situación en Rusia. La Unión Europea, a través de su presidente del Consejo, Charles Michel, responsabilizó a Rusia por la "trágica muerte" de Navalny y lo elogió como un defensor de la libertad y la democracia.

En contraposición, la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Maria Zakharova, desestimó las acusaciones occidentales sobre la muerte de Navalny como 'autoreveladoras', lo que refleja las tensiones existentes entre Rusia y Occidente en este momento crítico.

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