En Guayaquil, a Arsenia Ramírez la conocen pocos. Su voz ha sonado en recitales y conciertos relacionados a las congregaciones evangélicas de la urbe, pero, aún, no suena en las radios, y sus discos no son difundidos masivamente. Sin embargo, en la web, la historia es otra.

Y es que la cantante dominicana es un fenómeno lírico que se ha ido difundiendo desde hace varios años por este medio y que, poco a poco, ha ido recorriendo el mundo entero.

El mensaje de la artista es sencillo pero concreto; Dios está ahí para todos y cada uno de nosotros.

Parece un mensaje simple, pero es uno que, relata, puede cambiarle la vida a quien menos lo espera.

Y ella es una prueba fehaciente de ello.

“Fui víctima del maltrato infantil. Crecí con una persona que toda la vida me dijo que yo no sería nadie, que no valía nada, y le creí. Durante años tenía mucho resentimiento, mucho rencor. Dios me cambió la vida. Dejé todo en manos del Señor y Él es el que ha tenido la última palabra”, señaló.

Arsenia comenta que empezó a cantar de niña en el templo al que asistía y que fue su voz la que poco a poco le permitió viajar y dar a conocer su obra en distintos países.

La cantante grabó sus primeros dos discos, cuyos vídeos cuentan con miles de visitas en portales como Youtube, en su país natal.

Hace cinco años, no obstante, dejó República Dominicana para radicarse en Ecuador junto a su esposo e hijos.

“Antes de mudarme a este país yo ya había venido a Ecuador otras cinco veces. La gente es muy amable, muy abierta”.

Su labor de misionera empezó en Santo Domingo de los Tsáchilas y continuó en el Puerto Principal, donde es pastora de música del Centro de Avivamiento Río Jordán.

Su disco más reciente se produjo en la urbe.

Este cuenta con varios temas, entre ellos, cinco escritos por la cantante, como ‘Solo tú, Dios’ y ‘Padre Nuestro’.

El vídeo principal del álbum ‘Estás aquí’ se grabó en el bosque protector Cerro Blanco, en vía a la costa.

“Este ha sido un proceso muy especial porque es el primer disco que grabo fuera de Dominicana. Las cosas se hacen de otra manera acá, pero creo que el fin es el mismo y ese es transmitir el mensaje de Dios. La música es también una manera de hacer misión y de llevar el amor del Padre a quien más lo necesita”, dijo. MTN