Después de una reunión con su equipo de investigadores a bordo del buque Orión, el teniente de la Armada, Michael Linthon, conversa con Diario EXPRESO sobre las actuales condiciones de El Niño.

- Estamos a bordo del buque Orión hacia las islas Galápagos, ¿cuál es el objetivo de esta expedición?

- Dentro del contexto de este crucero regional, el objetivo principal es analizar las condiciones in situ del desarrollo de El Niño en Ecuador.

- El Inocar ya maneja monitoreos de El Niño desde tierra, ¿cuál sería el plus de este trabajo en el agua?

- Si bien existen múltiples plataformas para analizar las condiciones de El Niño: imágenes satelitales, modelos numéricos, simulaciones, entre otros; sin embargo, esos medios telemáticos nunca van a ser comparables con el dato que yo obtenga en el campo, en las 56 estaciones y en tiempo real.

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- Mencionó 56 estaciones, ¿en qué consisten?

- Vamos a sumergir equipos hasta aproximadamente 1.500 o hasta los 2.000 metros (en base a las condiciones de ese punto), para poder determinar cómo está el cambio de la temperatura. Este proceso nos permite ver cómo han ido avanzando estas condiciones cálidas desde el oeste hasta nuestras condiciones locales.

- Luego de la actividad del crucero, ¿qué tiene previsto hacer el Inocar?

- La instalación de la segunda boya oceanográfica que es extremadamente relevante. Nosotros ya tenemos una boya ubicada más o menos a 110 millas de la península de Santa Elena, lo cual nos ha permitido tener un análisis bastante bueno y óptimo de las condiciones locales.

- ¿Qué papel cumple?

- Es como tener un sensor permanente las 24 horas del día en un punto. La boya contiene dos partes: la superior que es una estación meteorológica completa que permite medir: presión, temperatura del aire, dirección del viento, entre otros. Y en la parte de la cola están todos los equipos oceanográficos con los CTD y permite ver la conductividad, temperatura, intensidad y oxígeno a diferentes profundidades (hasta los 500 metros).

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- ¿Cuáles son las expectativas de este avance?

- A nivel mundial este Niño ha sido particular porque está enmarcado en el contexto del cambio climático y por eso muchos factores normales, clásicos de El Niño, se han cumplido de forma diferente o en otros casos no se han cumplido. Estamos viviendo un evento de El Niño inusual.

- Entonces, ¿esta vez El Niño está relacionado con el cambio climático?

- Si bien es cierto el evento de El Niño no se origina por el cambio climático, sin embargo, sí puede ser alterado. Un factor muy importante: si retrocedemos, por ejemplo, al 82-83 o al 97-98 el planeta se encontraba en una estabilidad más normal de temperatura, es decir, cuando se generaba El Niño el calentamiento se centraba netamente en el océano Pacífico, sin embargo, actualmente nos encontramos con un calentamiento global que provoca que todos los océanos del mundo se encuentran calientes.

- Es decir, ¿habrá una mejor alerta y preparación?

Sí. Hemos desarrollado el índice ecuatoriano del fenómeno de El Niño que está relacionado con el protocolo de alerta, el cual nos permite estar en un estado de aviso para trabajar en la prevención y preparación. El Niño activo y la declaratoria de la alerta naranja no significa que, desde ese momento, va a concurrir las lluvias torrenciales, hay más factores que se están presentando.

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