Este 24 de marzo de 2019 Ecuador va a elecciones. Como siempre, afluyen las encuestas. Todas subjetivas, falsas y especulativas. Inducen a resultados arbitrarios, antojadizos, caprichosos, volubles y mudables. Imposible preguntar a millones de votantes. Usan sofisticadas técnicas de mercado para productos de consumo masivo. Es el culto al “consumismo” político (Keynes, inglés, Cambridge, 1883-1946).

Las encuestas son cálculos de “probabilidades”, matemáticos, econométricos. Su guía son las estadísticas, subjetivas y acomodables a resultados deseados.

Benjamín Disraeli (Londres, 1804-1881 y/o Mark Twain (Misuri/Connecticut, 1835-1910), dijeron: “Hay tres clases de mentiras: las malditas, las falsas y las estadísticas”.

Las encuestadoras y medios desinforman. Son empresas que lucran, como cualquier negocio. Venden ilusiones. Sus visiones, intereses particulares y poder mediático, adivinan y fuerzan resultados. Inducen y vaticinan finalistas y ganadores. Imponen “sus” juicios de valor, subjetivos y tendenciosos. Retratan eventuales preferencias de “hoy”. Crean falsas expectativas. Especulan. Se eligen muestras y evalúan como si fuesen representativas del total. Son aleatorias. Contingentes. Momentáneas. Diminutas. Prematuras. Obsoletas. Son los “naipes del destino”, el tarot o la “lectura de cartas”. Igual que garitos y carreras de perros o caballos. ¿Quién se equivoca? ¿El pueblo, cuya “acción humana” es impredecible, indetectable y subjetiva por naturaleza, o el adivino con la bola de cristal? “La historia desde las polis griegas hasta el actual socialismo, es la historia de la lucha por la libertad contra los privilegios de los burócratas” (Ludwig von Mises 1881-1973). “No somos gobernados por el pueblo; esto es un mito. No tenemos un gobierno del pueblo para el pueblo. Lo que tenemos es un gobierno del pueblo, por burócratas, y para los burócratas”. “No hay almuerzo gratis”: (Milton Friedman, 1912-2006). En política no hay encuesta confiable. “Gana quien cuenta los votos”: Stalin (1878-1953).