Señor director:

Una vez terminadas las elecciones, en este país continúa la incertidumbre de los ecuatorianos ante la complejidad de los resultados obtenidos, lo cual ha ocasionado un verdadero caos de credibilidad y modo de actuar de nuestro pueblo.

Si bien en Guayaquil y Guayas en general los resultados estaban previstos, dada la influencia del actual alcalde de la ciudad, y el prestigio ganado durante años por su actuación y por la estabilidad de sus actos y simpatía -que siempre tuvo con su manera de ser y de actuar, además de haber seguido un camino que el Ing. León Febres-Cordero le dejó ya fabricado-, en algunas otras provincias se sigue pensando en el recuerdo de alguno que también influenció en parte en el Ecuador, pero lleno de problemas, rencores y actuaciones que nunca antes se dieron en este país, y que en general nadie lo recuerda como benefactor o como la luz que iluminó el camino de su mandato.

A pesar de ello, sigue metiendo su mano en nuestra política y no exactamente forjando el bien, sino confundiendo al pueblo ecuatoriano, junto con los rezagos que todavía existen en su partido.

Sin embargo, debemos de estar atentos y en compás de espera para saber finalmente qué rumbo va a tomar nuestro país.

Ing. Édgar Diminich