La ciudadanía se encuentra indignada ante las continuas y permanentes quejas de los pequeños emprendedores en relación a las múltiples trabas y condicionamientos que cada día se inventan, tendientes a impedir que el pequeño empresario se desarrolle con normalidad en sus actividades en las que, aparte de la inversión y sacrificio que representan, se ven obligados a pagar innumerables tributos so pena de cerrar definitivamente sus incipientes negocios, pues cada día se inventan nuevos, costosos e innecesarios requisitos. Sé que a los bares, discotecas y karaokes últimamente se les está exigiendo un tal “informe de aislamiento acústico”, documento que los afectados ni siquiera saben cómo y dónde sacar, estipulando plazos mínimos para su cumplimiento, de modo que el pequeño empresario trabaja únicamente para satisfacer las obligaciones impuestas por el Municipio y otros estamentos (turismo, bomberos, etc.) forzándolos, prácticamente, a cerrar sus pequeños emprendimientos, sustento de sus propietarios y empleados.

La ciudadanía clama porque cese esta “persecución” a fin de que la gente que se dedica a estos pequeños negocios pueda continuar laborando sin tanta presión que afecta su salud mental y, como es obvio, su incipiente y precaria economía.

Fabiola Carrera Alemán