En un país como el nuestro repleto de droga, delincuencia, violencia, corrupción y de impunidad, en una sociedad que parece insensible ante tanto abuso y maltrato infantil por personas mayores, inclusive por quienes los trajeron al mundo. Ligado a una descomposición familiar, en donde los padres no respetan a los hijos, los maltratan y los abandonan. Donde el dinero, aun en mínimas cantidades, se utiliza para el vicio, el consumo de drogas y nunca para los buenos ejemplos, terminando en el aumento de la delincuencia, violencia y crimen organizado.

El maltrato y abuso infantil está directamente relacionado con la pérdida de la organización familiar, del desempleo, de la drogadicción, de la pobreza, de la falta de educación, pero también de los principios básicos y éticos de toda la sociedad.

Señor Director, organizar la familia y volver a los principios de respeto a los niños es un primer paso obligatorio, el cual se debe complementar con el ejemplo de nuestros líderes políticos, a fin de consensuar el apoyo solidario, permanente y sin límites a todos aquellos planes, programas o instituciones que en todo los segmentos protejan a nuestra niñez.

Mario Vargas Ochoa