Los anuncios comienzan a cumplirse y el malestar social se enciende. En mayo, el presidente Lenín Moreno anunció una serie de recortes y ajustes económicos que se aplicarán desde este mes. El más fuerte, o al menos el que más incomoda, es el nuevo modelo de precios de los combustibles ajustado al valor internacional del barril de crudo. Esa medida comenzará a regir desde el sábado 11 de julio. Los precios nuevos se conocerán el día anterior: viernes.

Para los dirigentes sociales, ese cronograma no es casual. Todos coinciden en que el gobierno sigue el modelo del expresidente Rafael Correa de “camuflar” una medida económica para evitar el reclamo. Por eso se hace en fin de semana.

José Villavicencio, dirigente del Frente Unitario de Trabajadores (FUT), cree que la estrategia es inútil porque las protestas no se apagarán tras un fin de semana. Es más, la movilidad que comienza a recobrarse en varias ciudades (excepto Quito) ayudará a que más personas reclamen por la elevación del precio de los combustibles y los despidos masivos del sector público.

La primera muestra se cumplirá el 16 de julio. Los sindicatos saldrán a las calles ese día para protestar contra la Ley de Ayuda Humanitaria y otras medidas gubernamentales. Ahora, reconoce Villavicencio, se agregará el reclamo por el nuevo precio de la gasolina.

Aún no se conoce cuál será el valor del galón de gasolina.

Mesías Tatamuez también cree que la estrategia de mantener en secreto el precio del combustible es poco útil y hasta ridícula. Para él, la gente está cansada de todas las mentiras del gobierno de Moreno y saldrá a las calles para evitar nuevos atropellos.

Hoy, 2 de julio de 2020, habrá una muestra de esa inconformidad. Los dirigentes sindicales se reunirán con el defensor del Pueblo, Freddy Carrión, para analizar los despidos y reducciones salariales en el sector público. Esas medidas también se aplicaron de lleno desde este mes.

Luego, confirmó Tatamuez, se presentarán siete demandas de inconstitucionalidad a todas las intenciones económicas del ministro Richard Martínez.

Luego el reclamo irá en aumento. Rosana Palacios, de la Unión Nacional de Educadores (UNE), advierte que las protestas se extenderá. Tal como dijo Villavicencio, julio será el mes de las medidas pero también el mes del reclamo social.

Ese reclamo, sin embargo, tiene un punto pendiente: el movimiento indígena todavía centra su atención en la emergencia sanitaria derivada por la propagación del coronavirus.