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JAMIL MAHUAD
Mahuad fue electo presidente en 1998, pero en el 2000 fue cesado en sus funciones.CAPTURA DE PANTALLA

Jamil Mahuad: "Con la paz cerramos una puerta al pasado y abrimos una al futuro"

Entrevista con el expresidente del Ecuador, Jamil Mahuad, sobre el proceso de paz con el Perú y dolarización

El jueves se cumplen 25 años de la firma de la paz entre Ecuador y Perú. La amenaza del conflicto armado que pesaba como algo eterno para los ecuatorianos desapareció y ahí nació una nueva forma de ver al país y a su futuro. EXPRESO dialogó con el expresidente Jamil Mahuad, quien estuvo al frente de las negociaciones.

- ¿Si no se hubiera logrado ese acuerdo el Ecuador sería distinto al que es?

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- Sin duda. La firma de la paz fue una forma de cerrar una puerta al pasado. Y con la dolarización que vino poco tiempo más tarde, abrimos otra puerta hacia el futuro.

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Esto cambió el rumbo del Ecuador y lo hizo porque es una paz definitiva. Era un problema que estaba en la lista de conflictos inabordables en el mundo, junto al problema del gobierno de Colombia y las FARC y con el problema entre Israel y Palestina… De ser un conflicto inabordable se convirtió en un ejemplo de cómo solucionar un conflicto inabordable.

Cuando firmamos la paz, el presidente Bill Clinton nos dijo a Alberto Fujimori y a mí: “ustedes han resuelto la fuente de conflicto internacional armado más antiguo del hemisferio”.

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Jamil Mahuad (i) y Alberto Fujimori, prsidente de Perú, en la firma de la paz, el 26 de octubre de 1998.archivo

- Para quienes crecieron con la idea del país amazónico y la herida abierta, cerrar este capítulo pasaba por una ruptura cultural...

- Exacto. Lo que he aprendido con los años y con el hecho de estar lidiando con conflictos durante muchos años, es que alguien que quiere convertir un problema en un problema inabordable, lo consigue si lo hace un problema sobre la identidad.

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En el caso de Ecuador había una identidad histórica, geográfica y territorial. La frase más importante en el Ecuador que estaba escrita en toda la papelería del sector público decía: “El Ecuador ha sido, es y será país amazónico”.

Creo que uno de los méritos de este acuerdo es que logramos salvar la identidad, encontrando una definición aceptable de soberanía para el pueblo ecuatoriano. Fue una salida que no empezó con mi Presidencia sino en las anteriores.

Creo que fue un acierto no haberme imaginado como uno de esos seres adanísticos que creen que el mundo empieza cuando toman el poder. Yo pensé al revés: aquí hay un esfuerzo de varios expresidentes y yo sumo lo mío. Gracias a eso conseguimos la paz en 77 días.

- ¿Pero cómo explicar esto a las nuevas generaciones que no se han criado con la idea del país amazónico?

- Usemos dos ideas que son parte de la historia ecuatoriana. Primero la frase de “Tumbes, Marañón o la guerra”. Eso significaba que íbamos a pelear el acceso soberano al río Amazonas por siempre.

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Lo que conseguimos es que vamos a garantizar un acceso ecuatoriano al Amazonas, algo que está garantizado. Lo segundo que diría a estas generaciones es fíjense en la narrativa con la que nos referíamos a la relación con el Perú, comparada con la actual.

Antes la definíamos por el número de guerras, muertos o kilómetros cuadrados de territorio perdido. Ahora nos referimos como un proceso de integración exitoso y que avanza como casi ningún otro en el continente. Ahora miramos al futuro y no al pasado.

- ¿Cómo entender que el populismo en el Ecuador nunca más echó mano de este tema?

- Creo que es por la forma en la que se llegó a la firma de la paz. La firma del Protocolo de Río de Janeiro era el momento más funesto de la historia del país.

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¿Por qué? Porque fuimos invadidos, ocupados y firmamos el protocolo cuando estábamos ocupados, es decir con una pistola en la cabeza. En cambio, esto lo conseguimos con otros países y con la participación de casi todos los ecuatorianos.

Lo que conseguimos es que vamos a garantizar un acceso ecuatoriano al Amazonas, algo que está garantizado.

- ¿Y la sociedad qué?

- Los dos países dialogamos en todos los niveles: entre los dos presidentes y de ahí para abajo casi todos. Toda la sociedad ecuatoriana estuvo involucrada en el proceso y la cancillería, liderada por este extraordinario diplomático que es José Ayala Lasso, se encargó de tener permanentemente informada a toda la ciudadanía.

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Ahí se involucró el Congreso, la prensa, todo el Ecuador. Cuando llegó la hora de la votación en el Congreso ya gran parte del país estaba de acuerdo. Era una causa de todos, ya no del gobierno.

- Al acuerdo de paz le siguió la dolarización ¿Hay algo en común entre ambas decisiones?

- Hay cuatro herramientas que un jefe de Estado tiene que manejar: un sistema de toma de decisiones, un buen sistema de comunicación, habilidades negociadoras y capacidad de liderazgo. ¿Qué ocurrió con la paz y la dolarización? Fueron decisiones difíciles tomadas en el pico de una crisis. Pero lo principal es que en ambos casos se trata de decisiones que terminaron en política de Estado que son respaldadas por la mayoría de la población.

La paz y la dolarización fueron decisiones difíciles (...), pero terminaron en políticas de Estado apoyadas.

  • ¿Gobierno corto o de transición?

Para Jamil Mahuad, lo recomendable sería que el gobierno entrante de Daniel Noboa se defina como un gobierno corto y no como uno de transición. En un gobierno corto se pueden tomar decisiones fundamentales porque en el de transición normalmente se cuidan las llaves para entregárselas al que viene. Ese gobierno corto debería tomar la decisión de abordar dos temas fundamentales para el país: la inseguridad y lo económico. No puede solucionar más temas por más prioritarios que sean. “Cuando todo es prioritario, nada es prioritario”, sostiene.