La promoción de los rostros de los futuros candidatos, de los colores y número de las listas está en marcha, desde hace varias semanas, de manera extraoficial, a vista de todos, a unos tres meses de que inicie la campaña formal, de acuerdo con el calendario que fijó el Consejo Nacional Electoral (CNE).

El 11 de agosto pasado, María Fernanda Vargas aceptó ser candidata a la Alcaldía del cantón guayasense Simón Bolívar por el movimiento Revolución Ciudadana, liderado por el expresidente y prófugo Rafael Correa. “Acepto con orgullo”, dijo entonces la modelo y personaje que se popularizó por la creación de contenido para adultos en una red social de paga.

El 26 de agosto pasado, la comunicadora social ofreció “cursos gratuitos de automaquillaje con materiales incluidos”, en una publicación en su página de Facebook, apoyada en una imagen que contenía la línea gráfica de la lista 5. Dicho curso se realizó el 3 de septiembre con más de 60 participantes. Días atrás, en cambio, contó que inauguró un pozo de agua en el recinto Buenos Aires.

Vargas le dijo a este Diario que los regalos han sido donados por amigos y que los considera como ayuda humanitaria para los beneficiarios finales.

Francisca Bustamante, directora nacional de Fiscalización y Control del Gasto, del CNE, explicó que el Código de la Democracia faculta a este organismo a monitorear conductas potencialmente irregulares, como la entrega de dádivas, es decir, cosas, a excepción de lo que se considere como artículo promocional como una gorra, lapicero, camiseta, u otros objetos similares que contengan los distintivos de la organización política o la imagen del aspirante.

“Tenemos un catálogo de qué está permitido y qué es excesivo. Por ejemplo, se nos escaparía del catálogo cuando regalan tanques de gas, sacos de arroz, etc. Esto podría ser sancionado por el Tribunal Contencioso Electoral. Ese organismo define la sanción, si es pecuniaria (multa) o si recae en los derechos políticos”, indicó Bustamante, quien prefirió no adelantar algún criterio sobre los regalos que se hacen en el proceso electoral actual por parte de un sinnúmero de cuadros, ya que “se debe analizar cada caso”.

Los bingos y torneos deportivos también son parte de la oferta de la campaña anticipada de organizaciones políticas. En Esmeraldas, se lo ha visto a Miguel Ruiz, candidato a la Alcaldía de esa ciudad, entregando reflectores, en barrios; trofeos y un cerdo, en un campeonato de fútbol. “Participamos de la clausura y premiación del torneo deportivo de integración ‘Tabule 2022’. Apoyando al deporte”, posteó Ruiz el 25 de julio pasado en su cuenta de Facebook. “Hoy en día debemos diferenciar en ‘dádivas’ y ‘apoyo’”, dijo a EXPRESO.

Jéssica Jaramillo, postulante a la Alcaldía de Quito, por la lista 70, también ha participado de ese tipo de torneos. Sin embargo, ella comentó que solo participa de la entrega de los premios y que no los adquiere.

“Lo que se gasta es voluntad de todos”, aseguró Jaramillo.

La directora de Fiscalización del CNE reconoció que hace falta personal y recursos para ampliar los controles en la fase de precampaña electoral, pero, sostuvo, que al detectar la entrega de dádivas u objetos promocionales se abren expedientes para calcular el valor de esos objetos y cargarlos al gasto electoral del aspirante, una vez que ha sido calificado como candidato.

Por ejemplo, cada candidato para la Alcaldía de Simón Bolívar puede destinar hasta 20 mil dólares como gasto electoral; para la Alcaldía de Esmeraldas, 128 mil dólares; o, para la Alcaldía de Quito, 805 mil dólares, por ejemplo.

Los cálculos que realizará la Dirección de Fiscalización del CNE son claves para establecer, después de un análisis, si hay postulaciones que excedieron el límite del gasto electoral y así determinar sanciones.